miércoles, 17 de marzo de 2021

LOS ESCRIBAS EN EL ANTIGUO EGIPTO

 La mayoría de los niños en Egipto no iban a la escuela, sino que aprendían el oficio familiar en un taller o dentro del seno familiar.

 

Los que estudiaban para escribas empezaban a hacerlo a la edad de 4 ó 5 años, y su instrucción duraba varios años. El aprendiz de escriba recibía sus enseñanzas de otro escriba más experimentado en las “Casas de la Vida”, que pertenecían a los templos. En ellas eran muy exigentes, llegando incluso a infringir castigos corporales.

 

A estas escuelas iban sobre todo los hijos de los nobles y escribas, aunque estaban abiertas también a los niños de las familias más humildes. En ellas aprendían lectura, escritura, matemáticas y geografía, así como la mejora de la expresión oral y escrita, y una enseñanza moral muy extensa.

 

Al principio, el aprendiz de escriba sólo “dibujaba” textos que copiaban en tablillas de madera. Solo usaban el papiro cuando tenían experiencia, dado el alto precio del mismo.

 

En Tebas había dos escuelas importantes, una en el Templo de Mut y otra en el Rammeseum. También destacaba la escuela de Deir El-Medina y la Casa de la Vida en el Templo de Medinet Habú.

 

Los escribas siempre llevaban con ellos sus instrumentos de trabajo, que consistían en papiros, una paleta, pinceles, tinteros, un frasco de agua y goma y un mortero.



 

El papiro venía en rollos que debían cortar con una navaja según la extensión del documento. 

 

El pincel era un tallo de junco afilado a navaja o deshilachado por la punta. 

 


En la paleta había dos orificios, uno para tinta negra (la más usada) y otro para la tinta roja (para destacar algún pasaje). Aunque utilizaban más colores, éstos eran los más característicos y los que usaban para documentos oficiales. En el mortero molían los colorantes. 

La forma de escribir de estos escribas era sentados en el suelo con las piernas cruzadas. Ponían el papiro sobre sus rodillas y escribían de derecha a izquierda, en vertical, y a mano alzada. No se utilizaban las minúsculas, y no se separaban las palabras, sólo al final de cada período del texto, con una señal denominada paragraphos. El título del texto iba al final para preservarlo. Cuando el escriba terminaba el texto, procedía a su corrección, ya fuera él mismo o un corrector experimentado.

 

Empleaban tres tipos de escritura: jeroglífica, demótica y hierática. Fueron estas dos últimas las que más utilizaban, con el fin de hacer los trabajos con mayor facilidad y rapidez.

 

Las funciones de los escribas eran muy variadas: registro de impuestos, linderos de las fincas borrados por las crecidas del Nilo, censos de personas y animales, agrimensores, aduaneros, llevaban los archivos de las oficinas del gobierno, templos y otras instituciones, copiaban textos de literatura como proverbios, cuentos y poemas de amor, y leían y escribían cartas para aquellos que no sabían hacerlo.


 

En los trabajos de carácter privado, cobraban según el número de líneas escritas o según el tipo de manuscrito.

 

Gracias a los escribas, se iba manteniendo el estado egipcio sin cambios sustanciales. Ellos educaron al pueblo para mantener su civilización.

 

Una de las aportaciones más importantes de los egipcios al mundo clásico fue el  libro: usaban papiros, tinta para inscripciones e incluso ilustraciones aclaratorias u ornamentales. Y gracias a ellos conocemos muchos aspectos de la vida administrativa y cotidiana del Egipto faraónico.

 

Marta Pérez Torres (Akesha)

No hay comentarios:

Publicar un comentario