Blog de EGIPTODREAMS, con el objetivo de acercar la Egiptología al gran público. Trabajando desde 2.002.
viernes, 28 de enero de 2022
AKHETATON, EL HORIZONTE DE ATÓN
miércoles, 19 de enero de 2022
Libro recomendado- LA ARQUEOLOGIA DEL EGIPTO ARCAICO. David Wengr
LA ARQUEOLOGIA DEL EGIPTO ARCAICO. David Wengrow
En este estudio riguroso y bien documentado, Wengrow busca las raíces sociales del antiguo Egipto. Para ello, el autor remonta a finales de la era Cuaternaria, rastreando en el desierto los orígenes de la civilización egipcia. Sin duda un largo periodo de tiempo de más de 7000 años de duración, en el que tuvieron lugar importantes transformaciones sociales a orillas del Nilo, hasta que las élites locales lograron apropiarse de los recursos materiales y simbólicos, formándose las primeras identidades políticas y finalmente el estado egipcio en 2650 a.C. Por primera vez un egiptólogo se atreve a definir a través del registro arqueológico los orígenes prehistóricos de la civilización egipcia, rompiendo con ello la barrera que existía hasta ahora entre prehistoriadores y arqueólogos que estudiaban la historia antigua de Egipto.
viernes, 14 de enero de 2022
EN BUSCA DEL SARCÓFAGO DE MICERINOS (MENKAURA)
EL MISTERIO DEL BEATRICE...
Egipto quiere buscar el sarcófago del faraón Menkaura en aguas españolas, frente a las costas de Cartagena, y está buscando financiación para ello, según dijeron a Efe fuentes del Gobierno egipcio.
El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Zahi Hawass, explicó en una entrevista con Efe que su institución ha pedido al canal de televisión National Geographic financiación para llevar a cabo un proyecto “que sabemos costará mucho dinero”. Será muy caro porque no se sabe exactamente dónde naufragó la goleta Beatrice.
En concreto, a Hawass le gustaría que National Geographic contratara los servicios de Robert Ballard, el hombre que se cubrió de gloria con el descubrimiento de los restos del “Titanic” en 1985. Por supuesto, y en línea con los últimos descubrimientos desvelados por Hawass, el canal de televisión tendría la exclusividad del reportaje, “pero yo me encargaré de que sea un auténtico boom”, subrayó.
EL SARCÓFAGO
Menkaura, hijo de Keops, fue uno de los faraones de la Cuarta Dinastía del Imperio Antiguo. Reinó del 2511 al 2483 aC y construyó su pirámide en Gizah, junto a las de su padre, Keops, y su tío Kefrén.
El sarcófago fue hallado dentro de su pirámide, en una cámara mortuoria de granito. Para saber cómo era sólo disponemos de los dibujos y descripciones hechas durante la campaña arqueológica dirigida por Howard Vyse: En ellos se describe un sólido sarcófago de basalto realizado de una sola pieza, con su tapa. Tallado y pulido con exquisito cuidado, reproduce en sus caras exteriores una “fachada de palacio”, y es tal su perfección que parecía tallado en madera en lugar de en durísima piedra. Con más de dos metros y medio y medio de largo y casi un metro de altura y anchura, y casi tres toneladas de peso, debía presentar un impresionante aspecto.
El sarcófago estaba vacío, pero Vyse encontró huesos humanos y los restos de un ataúd de madera antropomorfo con el sello del rey. En principio se pensó que podría ser el esqueleto del faraón, aunque más tarde se comprobó que se trataba de los restos de una mujer (el carbono 14 ha probado que ni el ataúd ni los huesos corresponden a la época de este faraón, lo que aumenta el misterio de ese hallazgo).
Lamentablemente su desaparición nos ha privado de saber si perteneció realmente al faraón Menkaura.... y de las investigaciones que podían haber hecho los arqueólogos sobre el sarcófago. Pero quién sabe....
HISTORIA
Como era corriente en aquella época, el arqueólogo británico Howard Vyse llegó en 1835 a la meseta de Gizah inspirado por el afán de aventura y el deseo de alcanzar la fama, y dispuesto a descubrir los tesoros que escondía el suelo egipcio. Sus excavaciones en la pirámide de Keops despertaron gran polémica, tanto por sus hallazgos ( asoció el nombre de Keops a la pirámide) como por los métodos empleados para conseguirlos: ¡el uso de dinamita!.
En 1837, haciendo de nuevo uso de su “herramienta favorita”, consiguió alcanzar el interior de la pirámide de Menkaura. Aunque la pirámide había sido saqueada siglos atrás, el coronel Vyse dio con importantes hallazgos, entre estos el más destacable fue sin duda un sarcófago de piedra, bellamente decorado.
Hawass aclaró que el sarcófago estaba ya entonces vacío, y no se va a encontrar momia ni tesoro alguno, pues la tumba de Menkaura (la famosa tercera pirámide de Guiza) había sido saqueada a conciencia. Ésta sería la pieza más destacada de esa, seguramente, heterogénea colección.
Este sarcófago se hundió cerca de Cartagena en 1838, al naufragar una goleta de nombre “Beatrice” que lo llevaba, junto con otras piezas, al British Museum de Londres.
EL VIAJE
Vyse estaba decidido a llevar cuanto antes la valiosa pieza hasta el Museo Británico, para de este modo alcanzar sus objetivos: la fama y convertir Londres en la capital arqueológica mundial, ganándole esta batalla a sus principales rivales: Alemania y Francia.
Por ello a finales de Septiembre de 1838, en el puerto de Alejandría, embarcó los tesoros hallados en dos buques, que partieron el 30 de ese mes rumbo a Inglaterra. Uno de esos barcos, la goleta Beatrice, nunca llegó a su destino. De su ruta desde Alejandría hasta el momento del naufragio, únicamente se sabe que la Beatrice alcanzó las islas de Chipre, Cerdeña y Malta.
Azotada por un fuerte temporal, El 13 de octubre la Beatrice se hundió con toda su carga, llevándose al fondo del mar el valioso sarcófago.
Según recoge el prestigioso egiptólogo I. E. S. Edwards en su célebre The pyramids of Egypt, el naufragio tuvo lugar "en algún lugar entre Malta, de donde zarpó el 30 de octubre die 1838, y el puerto español de Cartagena".
Aunque nadie conoce el lugar exacto del naufragio, las pocas pistas que hay apuntan a que fue cerca de esta última ciudad:
- En primer lugar toda la tripulación consiguió salvarse alcanzando a nado las costas de Cartagena, aunque algunos de ellos apenas sabían nadar, lo que podría indicar la proximidad del lugar del hundimiento.
- Por otra parte, según declaró el capitán de la Beatrice en la investigación abierta por la aseguradora del buque, cuando enfiló hacia el puerto más cercano en busca de refugio, chocó contra unas piedras “cerca de Cartagena”.
Hasta ahora todas las investigaciones han centrado la búsqueda en esa bahía, pese a las hipótesis que apuntan a su desembarco en algún punto de la costa italiana o griega. Nunca se ha vuelto a saber nada del sarcófago ni de la Beatrice.
LA BÚSQUEDA
¿Qué llevaba la goleta Beatrice que hace tan interesante su búsqueda? Es evidente que, según todos los testimonios históricos, en sus bodegas se amontonaba un verdadero tesoro arqueológico.
Es fácil imaginar que semejante tesoro despertó el interés de arqueólogos, cazatesoros e incluso de algunos gobiernos desde el mismo momento de su desaparición. Sin embargo nada se supo de su búsqueda hasta que en 1984 el
asunto fue tratado por el Congreso de los Diputados de España.
Más de diez años después, en 1995, la Fundación Clós manifestó su interés por emprender una campaña de búsqueda.
Finalmente fue el Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas Submarinas y el Centro de Buceo de la Armada, ambos con sede en Cartagena, los que sumaron sus esfuerzos para intentar localizar la Beatrice y su carga.
El Gobierno de entonces, a través de los ministerios de Cultura y Defensa, demostró un gran interés por esta campaña, haciendo posible que aunasen su talento Iván Negueruela Martínez (director del Museo Nacional de Arqueología y Marítima-Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas Submarinas) y el capitán de navío José Seijo Salazar (jefe del Centro de Buceo de la Armada). Con los medios disponibles en aquellos momentos se emprendió un rastreo sistemático por la bahía de Cartagena. Y pronto surgió la sorpresa: muy cerca de la entrada al puerto, junto al dique de Navidad, apareció semienterrado en el fondo un buque de dimensiones parecidas a las de la Beatrice, cubierto por grandes bloques de piedra, perfectamente rectangulares, de aspecto similar a los empleados en las pirámides egipcias. Sin embargo la investigación determinó el buque no era la Beatrice y que los grandes bloques no eran más que parte de las estructuras de piedra empleadas en la construcción del dique.
Otros pequeños hallazgos, como la aparición de una pieza de una vajilla, restauraron fugazmente las esperanzas de hallar el sarcófago, pero todo fue en vano. Finalmente se abandonó la búsqueda, retirando los efectivos dispuestos para ello.
No obstante el interés continúa...
HIPÓTESIS Y POSIBILIDADES....
Si el Gobierno egipcio consigue resolver la financiación de un proyecto difícil pero muy atractivo, entonces tratará la cuestión de los permisos pertinentes de exploración con el Gobierno español, ya que al fin y al cabo las aguas son españolas “y el proyecto de búsqueda sería conjunto con España”, aclaró Hawass.
Sobre este último aspecto, Hawass dijo que tiene la máxima confianza en la cooperación que prestarán las autoridades españolas, citando para ello la amistad que le une con el embajador de España en El Cairo, Antonio López, e incluso con la misma Reina Sofía.
Expertos en arqueología submarina subrayaron por su parte que el proyecto reviste gran dificultad y requerirá gran desembolso de dinero al no haber constancia del lugar exacto donde naufragó el “Beatrice”. Si el pecio de la goleta se encontrara a menos de treinta metros, las tareas de excavación serían relativamente fáciles, pero si se hallara a cincuenta metros de profundidad harán falta equipos altamente especializados, sobre todo un tipo particular de bombonas de aire, y por consiguiente mucho más caros.
En todo caso, la falta de certezas obligará a hacer una prospección amplísima, primero con equipos de radar o sonar, todo ello sin la perspectiva de una recompensa segura.
En el supuesto de que se encontrase el sarcófago de basalto habría que determinar en qué aguas jurisdiccionales está, pues la competencia -autonómica o nacional- puede influir en el curso de las cosas, al igual que la titularidad del pecio y de sus restos. ¿Reclamará Egipto la propiedad del sarcófago o lo hará el Reino Unido? Se adivina una interesante polémica.
Pero primero habrá que encontrar el barco...
Fuentes del Ministerio de Cultura aseguran por ello que «ni de broma se concederá un permiso genérico para explorar la zona», ya que nadie quiere ver en nuestra costa mediterránea a barcos pertrechados con sonar de barrido lateral buscando posibles pecios a demanda.
Pero Egipto ya ha movido ficha.
Ha elegido a Robert Ballard, el hombre que encontró el Titanic en 1985, a 3.500 metros de profundidad en las gélidas aguas del Atlántico norte, a base de tesón y un buen puñado de dólares (la Marina estadounidense financió el proyecto a cambio de que también buscara secretamente los restos de dos submarinos nucleares de la Guerra Fría).
Zahi Hawass, el secretario general del Consejo de Antigüedades Egipcio, asegura que el oceanógrafo ha aceptado su petición de buscar el sarcófago del faraón Micerinos frente a las costas de Cartagena :«Ya he contactado con Robert Ballard. Me reuní hace unos meses con él en Washington y ha aceptado», aseguró el mediático arqueólogo en una entrevista con un reducido número de periodistas, entre ellos ABC.
El científico aún no ha confirmado la noticia públicamente, pero Hawass, que muy bien cómo vender una historia, no escatima en afirmaciones categóricas.
Sólo falta la financiación, para lo que Hawass ya ha contactado con National Geographic...
Y, no menos importante, el permiso de las autoridades españolas. El egiptólogo se muestra convencido de que no habrá problemas para conseguir el visto bueno español, aunque aún no lo tiene. «Va a ser una buena cooperación con una gran publicidad», asegura el arqueólogo egipcio.
«Buscaré una fórmula de cooperación con el gobierno español, y acordaremos que el sarcófago vuelva a Egipto», señala, mientras asegura que la búsqueda del sarcófago no se convertirá en un nuevo caso Odyssey. Hawass advierte de que sólo está interesado en encontrar el preciado féretro de Micerinos y no en los demás restos arqueológicos o incluso en otros pecios que pudieran encontrarse durante la búsqueda del Beatrice: «Todo lo demás, si hubiera algo, sería para España». Pero lo que no está aún nada claro es la titularidad del sarcófago, si éste llega a encontrarse ya que, pese a ser un resto arqueológico egipcio, estaría a bordo de un barco británico y en aguas españolas.
PROS Y CONTRAS.
¿Aparecerá algún día el sarcófago?
Es posible que la fallida campaña emprendida por el Gobierno español haya desanimado a los políticos para autorizar y unirse a otras propuestas de búsqueda de la Beatrice.
La ausencia de datos fiables no contribuye, además, a fomentar esta aventura.
Sin embargo las modernas tecnologías de exploración submarina están permitiendo, cada vez más, sistemas muy exhaustivos, eficaces y fiables, que a juicio de algunos podrían determinar con exactitud si el sarcófago está hundido en aguas de Cartagena o no.
Por lo tanto la historia no ha acabado.
El convenio firmado en agosto de 2007 por el Ministerio de Cultura con la Fundación norteamericana Aurora SP Trust (Aurora), “para la prospección arqueofísica de la Bahía de Cartagena”, también alberga la esperanza de dar por fin con semejante hallazgo.
La razón para unirse a Aurora es que esta dispone del robot de teledetección submarina adecuado para “el estudio y prospección sistemática del fondo submarino de la bahía de Cartagena para localizar, documentar y estudiar los restos arqueológicos a media y gran profundidad”.
El éxito de la campaña de 2007 (se han encontrado grandes anclas antiguas, un par de pecios modernos de los siglos XIX y XX y los restos de un barco romano, bien preservado, datado aproximadamente en el siglo I a. de C.), unido a la experiencia de los arqueólogos del Museo Nacional de Arqueología Marítima y del Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas Submarinas, han conseguido que ya se esté planificando la campaña de 2008, con la intención de estudiar sistemáticamente la costa mediterránea española.
Por lo tanto es posible que esta vez se encuentre o se descarte para siempre la existencia del sarcófago de Menkaura en aguas de Cartagena.
LA FUNDACIÓN CLOS.-
Adolf Luna, director de la fundación Jordi Clos, una institución privada que dispone de un Museo Egipcio en Barcelona y participa en excavaciones en Egipto y Sudán, explicó a este diario que el Proyecto Salvar al Faraón se encuentra en un momento crucial después de dos años de preparativos. "Se han hecho consultas a todas las instituciones que deberían estar implicadas en un plan semejante (Comunidad de Murcia, ministerios de Cultura y Defensa) y las respuestas han sido positivas"
La fundación, que ya ha realizado. un estudio de viabilidad de la operación, se encarga de buscar patrocinadores para el proyecto, que tendría un coste de entre 60 y 80 millones de pesetas. Según Luna, la idea es ponerse en marcha el año que viene, en dos etapas, una primera de prospección, "con tecnología puntera", y si ésta da resultado, una segunda de recuperación, que incluiría el uso de una enorme grúa.
Para la fundación, el sarcófago es el objetivo principal, aunque es consciente de que el destino de esa extraordinaria pieza lo decidirán las instituciones competentes en la materia. De encontrarlo, la fundación quisiera poderlo exponer durante algún tiempo, participar en su restauración y montar una exposición sobre Menkaura; en todo caso se beneficiaría del extraordinario eco público que puede tener un hallazgo semejante.
Es un objeto bellísimo", señala Luna, "lo conocemos por dos dibujos de Vyse". Al ser de basalto, más duro que el granito y poco sensible a la acción del mar, el sarcófago debe de estar intacto. Además, "el basalto posee átomos metálicos, lo que puede facilitar su rastreo”.
La Fundación Jordi Clos confía en que el gran sarcófago de Menkaura no sea lo único salvable del tesoro arqueológico del Beatrice. El director recuerda que en el XIX se empaquetaba todo cuidadosamente a la cera, precisamente por el riesgo grande de naufragio. Y apunta que saben que el navío tocó puertos en su periplo, lo que puede indicar que subió a bordo otras piezas con destino al British Museum y que el cargamento artístico puede ser no sólo egipcio.
Luna subraya que la operación "es seria, no es una búsqueda de tesoros". La fundación, dice, dispone de un documento, "un mapa", que les ofrece garantías sobre el lugar del naufragio. "Si no fuera porque disponemos de datos fiables, no nos arriesgaríamos", subraya el director de la fundación, que recuerda que ha habido algún historiador inglés que ha situado el naufragio del Beatrice hasta en el golfo de Vizcaya.
En toda esta historia falta un detalle humano: ¿qué fue de la tripulación del Beatrice? "No se ahogó nadie. Se salvaron todos, llegaron a la costa, algunos a nado", dice Luna. Dadas las circunstancias y la época, es poco probable que en pleno naufragio los marineros tuvieran la sensibilidad de pensar en poner a salvo las antigüedades del cargamento, especialmente, el sarcófago de piedra, que les debía de parecer, además, un trasto de lo más siniestro.
No obstante, apunta Luna, existe cierta tradición de comercio de piezas egipcias en Cartagena, al igual que figura incorporado al folclor popular el tema del naufragio. "A la zona se la conoce popularmente como el “Lugar del Faraón”.
REFERENCIAS.-
ABC
http://www.elpais.com/articulo/cultura/MURCIA/CARTAGENA_/MURCIA/EGIPTO/CULTURA _FARAONICA_EGIPCIA/mapa/Beatrice/elpepicul/19950514elpepicul_14/Tes
http://www.elpais.com/articulo/cultura/EGIPTO/CULTURA_FARAoNICA_EGIPCIA/sarcofago/ Micerino/elpepicul/19950514elpepicul_1/Tes/
http://esencia21.wordpress.com/2008/06/05/quieren-buscar-el-sarcofago-de- Menkaura-en-cartagena/
Sebet.
miércoles, 5 de enero de 2022
MEDICINA EN EL ANTIGUO EGIPTO
La medicina en el Antiguo Egipto, estaba muy desarrollada, aunque siempre influenciada por la religión y la magia. Los médicos, swnw, estaban especializados, conociéndose ya desde el Imperio Antiguo, la figura del dentista, por ejemplo. Aunque Herodoto afirma en sus escritos, que no había especialización médica, sino que todos los médicos sabían tratar de todo.
Como padre de la medicina egipcia está considerado Imhotep, además arquitecto de Djoser, al que se le atribuye el Papiro Edwing Smith. Aunque el médico conocido más antiguo es Hesy-Ra, dentista y jefe de médicos.
Nos ha llegado importante información sobre las prácticas sanatorias y quirúrgicas a través de papiros, como el citado Edwing Smith (documento quirúrgico más antiguo), el de Hearst (formulario práctico de medicina general), el Kahum (tratado de ginecología) o el Ebers (recopilación de textos médicos). Conocían unas doscientas enfermedades, y trataban muchas de ellas.
Existían tres posibles diagnósticos de las enfermedades, según el criterio médico, que eran:
- «Esta es una enfermedad que conozco y curaré», cuando conocían remedio para la misma.
- «Esta es una enfermedad que conozco y trataré», cuando aplicaban tratamiento, sin estar seguros de los resultados.
- «Esta es una enfermedad que no conozco y no trataré.», cuando estaban segros de que era una enfermedad incurable o terminal.
También conocemos, gracias al papiro Edwing Smith, algunas intervenciones quirúrgicas practicadas por los antiguos egipcios, como trepanación, amputación, circuncisión, cataratas, heridas y fracturas que precisaban operaciones. Utilizaban analgésicos naturales para paliar el dolor.
Los conocimientos en medicina, además de en los papiros, también estaban representados en relieves de templos. Uno de los más importantes se encuentra en el Templo de Kom Ombo.
El Templo de Kom Ombo estaba dedicado a los dioses Sobek y Haroeris. Se trata de un templo doble, en el que todas las estancias están duplicadas, una para cada uno de los dioses, las de Sobek al sur y las de Haroeris al norte. Comenzada su construcción por Ptolomeo VI Filometor, fue ampliado en sucesivas ocasiones por otros Ptolomeos.
Tiene hermosos relieves, aunque el estado general del templo no es muy bueno. Uno de los relieves más importantes es el de los médicos, que representa material quirúrgico de la época. El relieve es del siglo II a.C.
Este relieve está dividido en cuatro registros, representando instrumental médico de la época, alguno de los cuales muy similar a los utilizados en la actualidad. En un primer momento se utilizó, como material para fabricar instrumentos quirúrgicos, cobre endurecido, posteriormente el bronce, y después el hierro.
Descifrando el contenido de este relieve, quedaría del siguiente modo:
1º registro, en orden de izquierda a derecha:
· Doble gancho romo
· Forceps para huesos
· Sierra para huesos o amputaciones
· Sonda, utilizada para explorar cavidades o aplicarles medicamentos.
· Sonda en horquilla, igual uso que la anterior, pero con forma distinta.
· Catéter usado para drenar líquidos
· Cauterio, para cicatrizar heridas y para la cauterización de quistes y tumores.
· Sierra para cortar miembros o huesos
· Otro cauterio para cicatrizar heridas
· Dos espéculos trivaldos, para dilatar cavidades en intervenciones quirúrgicas.
· Dos catéteres uretrales para explorar hombres adultos
2º registro, en orden de izquierda a derecha:
· Pipeta aspiradora de líquidos
· Frasco para enemas
· Dos erinas para sujetar tejidos durante la intervención
· Tres pipetas para aplicar ungüentos
· Craneoclasto, utilizado para aplastar el cráneo del feto muerto en casos de abortos espontáneos
· Fórceps para extraer piezas dentarias
· Paleta
· Cuchillo
· Vasos para triturar y mezclar preparados medicamentosos
3º registro, en orden de izquierda a derecha:
· Dos fórceps para extraer piezas dentarias, o fragmentos pequeños de huesos.
· Tres frascos para enemas
· Dos vasos para triturar y mezclar preparados medicamentosos
· Otro frasco para enemas
· Balanza para pesar los ingredientes para preparados
4º registro, en orden de izquierda a derecha:
· Vasos para ventosas en la piel
· Caja para guardar instrumental quirúrgico
· Tijeras
· Cajas de vendas
· Esponja
· Dos sondas de doble extremo
· Dos escalpelos
En conclusión, el pueblo egipcio tenía conocimientos avanzados del cuerpo humano y de cómo tratar sus enfermedades. Realizaban intervenciones quirúrgicas mayores, y poseían un amplio catálogo de material quirúrgico, en algunos casos, muy similar al que disponemos actualmente. Nos dejaron estas enseñanzas en papiros médicos y en relieves de los templos, de donde es el relieve de los médicos, del Templo de Kom Ombo, del que he realizado el presente trabajo.
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Marta Pérez