miércoles, 5 de mayo de 2021

PINTURA EN EL IMPERIO MEDIO, EN EL ANTIGUO EGIPTO

 Con el reinado de Amenemhat I (1991-1961 a.C.), comienza a volverse a la prosperidad de años anteriores.

 

Paulatinamente se va recuperando el orden social, el poder se va centralizando de nuevo en el rey, el ejército se va fortaleciendo y se comienzan a hacer nuevas conquistas, como Nubia. Se recupera la economía y se vuelve a la construcción y al comercio exterior.

 

Aunque sólo se trata de una dinastía (XII), supuso un cambio en el arte, con una vuelta al estilo antiguo.

 

No se logró identificar al faraón con los dioses, pero se comenzaban a representar en él mismo plano, acogiendo éstos al rey como si fuera hijo suyo.

 

Representan escenas de reunificación del Alto y el Bajo Egipto, tras la conquista del país por parte de Mentuhotep II al final del período anterior. Otros temas representados son las escenas de luchadores, danzas y juegos de muchachas, y representaciones funerarias varias.

 

Se observa un importante avance en el estilo, volviendo al detalle y al naturalismo del Imperio Antiguo. 

 

Respecto al color, se produce una fusión entre los tonos suaves del período citado, y los colores vibrantes del primer período intermedio, con lo que gana en viveza sin perder ese toque natural.

 

También sigue adelante el uso de pinturas o relieves pintados, en las tumbas y capillas funerarias, dado que eran más económicas, Hay numerosas representaciones en las tumbas de Meir, Deir El-Bersha y Beni Hassan, apareciendo las más hermosas en esta última.

 

Como representación muy curiosa de este período, obra maestra del Imperio Medio, tenemos la pintura de los antílopes en la tumba de Khunmhotep III, en Beni Hassan. 



 

Tiene una gran perspectiva apoyada, en primer lugar en la posición de las personas y animales en planos bien diferenciados:

  1. El antílope que está tumbado, y el hombre que está en cuclillas.
  2. El antílope que está de pie.
  3. El hombre que está de pie.

 

Es muy curiosa e inusual la posición de la espalda del pastor que está de pie, con una curvatura en los hombros hacia atrás y un estrechamiento en la espalda que dan sensación de fuerza, y aún más sensación de perspectiva.

 

El pastor que está en cuclillas, parece tener esa curvatura al revés, hacia delante.

 

 

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