Las tumbas particulares eran, en un principio, fosas cubiertas por un túmulo de piedras y tierra. Rápidamente evolucionaron hasta las mastabas. Éstas se componían de una superestructura rectangular que, en sus primeras fases, estaba hecha de material de relleno, recubierta de adobes, pero que evolucionó hasta convertirse en un edificio de piedra.
En este edificio se encontraba la capilla, abierta al público para su culto. En su interior, la mesa de ofrendas y una estela de falsa puerta, que suponían que comunicaba al difunto con el exterior.
Junto a la capilla, estaba el serdab, donde se guardaba la estatua del difunto, y que sólo se veía por una ranura.
La otra parte de la tumba era un pozo vertical que llevaba a la cámara funeraria, en la que se depositaba al difunto y su ajuar funerario. Posteriormente era sellada para evitar el pillaje.
En la V dinastía se empiezan a decorar las mastabas con relieves coloreados y a realizarse de mayor tamaño, con más estancias para culto del difunto y sus familiares. El primero en usar este modelo fue Ptahchepses, casado con una hija de Niuserre y personaje importante en la corte. Fue ampliando y decorando su mastaba a lo largo de su vida. Mastabas que siguieron el mismo modelo fueron la de Nebet, Idut y Mereruka, entre otras.
El esquema de mastaba en esta dinastía quedaría de esta manera: un pórtico de entrada, salas con pilares, almacenes, varios serdab, nichos para estatuas, sala de ofrendas y falsa puerta. Estarían muy decoradas con relieves, inscripciones y estatuas del difunto.
Marta Pérez (Akesha)
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