Fue la esposa de Amenhotep III, perteneciente a la XVIII dinastía, en el Imperio Nuevo. Su padre, Yuya, ostentaba el título de “Padre del Dios y Profeta de Min, y Superintendente de los Caballos”.
Su madre, Tuya, era una de las concubinas de Tutmosis IV, y disfrutaba del título de “Ornamento Real” y “Superiora del Harén de Amón, Superiora del Templo de Min y Concubina del Rey”.
Tiy tuvo dos hermanos conocidos, Ay y Aanen. Se casó muy joven, con apenas diez años con Amenhotep III. Con motivo de la boda del rey con Tiy, se emitieron unos escarabajos conmemorativos del matrimonio, en los que se relataban importantes momentos del reinado del marido, o se daban mensajes que debían legar a todo el país.
“Que viva… el rey Amen-Hotep III, dotado de vida y la “Gran Esposa Real” Tiy, dotada de vida. El nombre de su padre el Yuia, el nombre de su madre es Tuia. Ella es la esposa de un poderoso rey (cuyos dominios) llegan, por el Sur, hasta Karoy, y por el Norte, hasta Naharina”. (Bedman, T. “Reinas de Egipto”).
Del matrimonio entre Amenhotep y Tiy, nacieron siete hijos conocidos, y dos posibles. Los nombres de sus hijos eran Amenhotep (luego Akhenaton), Isis, Sat-amon, Henut-Tau-Nebu, Mebet-Ah-Horitmerhab, Baketaton y Tia. Se maneja la posibilidad de que también fueran hijos de Tiy, Smenkhare y Tutmosis. Incluso hay historiadores que afirman que es posible que durante la corregencia de Amenhotep IV con su padre, Tiy estuviera como esposa real al lado de su hijo, e incluso es posible que fuera, junto a él, la madre de Tutankhamon. Pero no hay pruebas definitivas ni a favor, ni en contra de dicha conjetura.
Lo que sí es cierto es que Tiy fue una mujer muy influyente en la corte, estando muy al tanto de los sucesos, y participando tanto en política interior, como exterior. Participó en las fiestas Sed de su marido, como Gran Esposa Real, y se hizo divinizar como diosa Hathor.
A su muerte, fue enterrada en Akhetaton, aunque, tras varios traslados a lo largo de los siglos, muchos arqueólogos coinciden en afirmar que su momia es la que en 1.898 encontró Loret en la tumba de Amenhotep II, junto a un joven y a otra mujer.
Marta Pérez Torres (Akesha)
Se ha encontrado el tratamiento de Gran Esposa Real en el caso de reinas viudas, como la madre de Ramsés II, que recibió el título de forma póstuma al ser coronado su hijo, puesto que la Gran Esposa real anterior fue Ta-Nedjemet, probablemente hija de Horemheb. Este uso póstumo significaba que la viuda de Sethy I había dado un heredero varón al trono, y se refería al faraón difunto, no a su hijo. Con Akhenaton y Tiye pudo significar lo mismo, y tanto más cuando esta reina ya ostentaba el título en vida de su esposo. Tutmosis III no se casó con la Gran Esposa Real Hatshepsut, sino con la hija de ésta (y la suegra-madrastra-tia, imitando a algunas reinas de las primeras dinastías, había asumido la tutela del heredero tomando el título de Nesu-Bity). Los faraones no se casaban con sus madres, ni siquiera madrastras, aunque unos pocos lo hicieran con sus hijas y la mayoría con sus hermanas.Pero en el caso de Akhenaton se han inventado todas las perversiones posibles,y, por desgracia, no sólo en novelas.
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