DEBOD, TIERRA EGIPCIA EN MADRID
Artículo elaborado por Sergio Martín López (Madrid)
Madrid. Los españoles y concretamente los madrileños podemos sentirnos privilegiados al poseer en nuestra comunidad el mayor templo del Antiguo Egipto fuera de su país, el templo de Debod.
Este pequeño templo egipcio, fue construido hace aproximadamente 2.200 años por un rey meroíta llamado Adijalamani, éste construyó, según testimonios escritos, una pequeña capilla con sus propias manos dedicada al dios Amón, padre de todos los dioses, en la localidad nubia de Debod. Distintos reyes ptolemaicos y emperadores romanos ampliaron sus estancias hasta darle un aspecto más parecido al actual, además, dedicaron el templo a la diosa Isis, madre de todos los dioses, cuyo santuario principal se situaba en la isla de Filé. Con el paso de los años, el cristianismo desbancó a la religión egipcia y con ello, sus templos fueron abandonados. En Debod, ocurrió esto al cerrar el santuario de Isis. Durante el siglo XIX, sufrió un grave terremoto que dejó su fachada y partes fundamentales derruidas, posteriormente se reutilizó como lugar de hábitat y se conservó en buen estado hasta que en el año 1960 se construyó una obra hidráulica que cambiaría la economía egipcia, la Gran Presa de Asuán. Esta obra, atentaba a la mayor parte de los templos de la Baja Nubia, entre los que se encontraba el templo de Debod, este hecho ocasionó que el templo estuviese inundado de 9 a 10 meses al año bajo el agua, quedando solo los meses de verano sin cubrir. Con la amenaza que suponía, la UNESCO mandó un correo para que los países ayudasen a salvar los monumentos en peligro. España en un primer momento no participó, pero posteriormente, aportó a Egipto una gran ayuda de la mano de D. Martín Almagro Basch. Los arqueólogos españoles salvaron los templos de Abu Simbel, además de grandes aportaciones económicas al país. La República Egipcia, "regalaría" cinco pequeños templos a aquellos países que tuvieran más participación, España, después de muchas desavenencias, consiguió unos de los cuatro templos que al final fueron donados. Egipto entregaría los templos a España, Estados Unidos, Holanda e Italia, siendo el templo de Debod el más grande e importante de los cuatro. La donación tuvo lugar en el año 1968, pero hasta el año 1970 no se transportaron sus sillares a España.
RECONSTRUCCIÓN EN MADRID
Después de los trámites de trasportación llevados a cabo por España, los sillares llegaron al puerto de Valencia después de once angustiosos días por mar. Entre todas las ciudades españolas que optaban a exponer sus ruinas, fue Madrid, la capital del Estado, la elegida para su restauración y posterior conservación. El profesor Almagro fue el encargado de esta tarea, no era fácil pues como él mismo mencionó: "Nosotros pacientemente tuvimos que ir interpretando las signaturas y subsanando algunos errores, pues había bloques que tenían la misma referencia topográfica y fue preciso averiguar pacientemente cual era su verdadero sitio..." Además, los responsables de restaurarlo querían un "templo vivo" que evocase el Antiguo Egipto en nuestra ciudad, para ello utilizaron bloques de piedra de Salamanca, para aquellos espacios sin sillares, de distinto color, para apreciar la verdadera piedra egipcia. Después de dos años de trabajo se inauguro el 18 de julio de 1972 el Templo de Debod en el antiguo Cuartel de la Montaña en Príncipe Pío, donde tuvieron lugar los acontecimientos del 3 de mayo, inmortalizados por Goya en un magnífico cuadro, conservado actualmente en el Museo Nacional del Prado.
ESTANCIAS PRINCIPALES
Entre sus dependencias más destacables se encuentran al aire libre dos pilonos o portales de acceso que flanquean la vía procesional hacia el templo. En el inerior, hay dos plantas, en la inferior destacan: el vestíbulo y la capilla de Adijalamani, únicas estancias que conservan magníficos relieves, la capilla del naos, que posee un altar dedicado al dios Amón de Debod y es la estancia más sagrada del edificio, además de capillas secundarias y diferentes estancias que servían para las procesiones del Año Nuevo Egipcio. En la planta superior, se encuentran dos estancias, la mayor de ellas, la terraza, estaba dedicada para la exposición de los dioses al sol durante las celebraciones de Año Nuevo. En la actualidad se encuentra techada y con una enorme maqueta de la Baja Nubia, además de una selección de objetos de ubicación desconocida en el templo y cinco ordenadores interactivos con los que podemos documentarnos desde los orígenes del templo hasta la actualidad.
EXPOSICIONES
Desde su inauguración, el templo no ha tenido muchas remodelaciones hasta que en el año 2.000, dos años antes de cumplir su tercera década en Madrid, se restauró todo el templo y se colocaron paneles explicativos, audiovisuales, maquetas en 3D, proyecciones,... Además de esta exposición permanente, el pasado mes de febrero, recogió entre sus muros una exposición temporal al ser "la semana del Arte", ésta consistió en unos enormes globos de colores que rodeaban el pequeño lago que recorre el templo. También, otras exposiciones se organizan en los alrededores del templo egipcio, como la del pasado 2 de mayo en la que cerca de los muros milenarios había una exposición de espejos y conciertos benéficos al ser "El Día de la Comunidad de Madrid".
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PROBLEMAS DE CONSERVACIÓN
El templo, en la actualidad sufre dos graves problemas que afectan al conjunto fundamentalmente, el más peligroso es la climatología madrileña, que año tras año daña sus muros, relieves y la arenisca de que está hecho, problema que plantea por parte del Ayuntamiento de Madrid, enterrarlo en un museo subterráneo o cubrirlo con una campana transparente de cristal que con el tiempo podrían llegar a realizarse. El otro problema fundamental, es el vandalismo que hay sobre las estancias, los conocidos grafitti y pintadas también ocurren lamentablemente en el monumento egipcio, al igual que turistas que se apoyan sobre los muros sin pensar que ese hecho puede dañar su conservación. La fauna también crea ciertos problemas al templo, los gorriones anidan entre sus muros y crean materia orgánica que afecta a su buena conservación. Aunque estos problemas afectan gravemente al templo, es un gran privilegio para todos nosotros poder disfrutar de un día inolvidable dejándonos llevar por la montaña de Príncipe Pío, el templo de Debod y sus vistas a todo Madrid en los miradores que se encuentran en su contrafachada, sin duda, poder observar uno de los atardeceres más bellos de Madrid, que sólo unos pocos pueden contemplar.
Sergio Martín López. Madrid (España)
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