viernes, 5 de febrero de 2016

LA MUJER Y LA MONARQUÍA

LA MUJER Y LA MONARQUÍA

La monarquia en el Antiguo Egipto ha sido el referente de todas las monarquías de la historia. Fue tan fuerte, que se mantuvo durante 3000 años como sistema de gobierno.
El rey era la cabeza del Estado, al que “todo se le debe, todo le pertenece y en quien todos depositan la razón”
El papel del rey era garantizar la Maat, el orden social.
La realeza fue motivo de culto, tanto en vida como después de su muerte, a través de sus estatuas, relieves, templos funerarios o tumbas. Sabemos de la existencia de estos reyes y el orden de su reinado gracias a las Listas Reales como las de la Piedra de Palermo (Reino Antiguo), la Lista de Abydos (Reino Nuevo) o el Papiro de Turín (Ramsés II). Y, por supuesto, gracias a la lista elaborada por Manetón, quien los distribuyó en dinastías.
Aunque en todas estas listas faltan los nombres de varios reyes, a los que se les practicó una damnatio memorae y fueron eliminados tanto de éstas como en monumentos e inscripciones varias.
Entre ellos, las reinas de Egipto. Sin embargo, ellas han sido siempre las transmisoras de la línea sucesoria. Según la mayoría de egiptólogos, el derecho al trono se transmitía a través de la mujer, hasta tal punto de que si un heredero no era hijo de sangre real, debía casarse con una princesa para poder acceder al trono.
Del mismo modo, las mujeres estuvieron presentes como Grandes Esposas Reales durante toda la historia de Egipto, desde el Reino Antiguo hasta la conquista por Alejandro Magno, y en numerosos casos, sobre todo en el Reino Nuevo, tuvieron gran influencia en la política de su época.
Están documentadas varias reinas que ejercieron de soberanos de Egipto, así como algunas corregencias, aunque debido a que la egiptología floreció en una época en que la mujer ejercía un papel secundario en la sociedad, no se tuvo en cuenta en el estudio de restos arqueológicos, a no ser que fueran muy evidentes.
Así y todo, conocemos la existencia de Nitocris, Sobekneferu, Tausret, Mery Neith, Hatshepsut,  Nefertiti o Cleopatra VII.
1.- Mery-Neith, reina de la I dinastía: Flinders Petrie encontró una estela con su nombre en el cementerio Real de Abydos. Se creyó que era la tumba de un rey, pero después aparecieron otros restos, como vasos de piedra, sellos e inscripciones, en las que se nombra como soberana, siendo considerada Reina de Egipto, o, en todo caso, Regente de su hijo Den.
2.- Nitocris: Aparece en la Lista del Canon de Turín como reina de la VI dinastía, durante algo más de 2 años. Manetón habla de ella como una reina muy bella y valiente.
Cuenta Herodoto que en una conjura mataron a su hermano, el rey, y ella, para vengarlo, construyó una gran cámara subterránea, e invitó a todos los asesinos de su hermano a una cena de inauguración. Una vez allí, inundó la cámara y los ahogó a todos. Luego se suicidó.
3.- Sobekneferu: reina de la VII dinastía, aparece en el Papiro Real de Turín con un reinado de casi 4 años. Parece ser que subió al trono al no tener Amenemhat IV heredero masculino.
4.- Hatshepsut; la faraona por excelencia. Hatshepsut era hija de Tutmosis I y la Gran Esposa Real Ahmose. AL morir el rey sin descendencia, ya que todos los hijos varones habían muerto, se sentó en el trono un hijo del rey con una concubina, Tutmosis II, que tuvo que casarse con su hermanastra Hatshepsut para legitimar la sucesión. Murió muy pronto y le sucedió un niño que tuvo con una concubina, Tutmosis III, con el que Hatshepsut ejerció Regencia.
El poder de esta mujer fue en aumento, hasta que en el 7º año del reinado, se nombró Corregente y asumió el cargo de Faraón de Egipto.
Fue una época de gran esplendor, un período de paz, numerosas expediciones a otros países para obtener materia prima  productos exóticos, que enriquecieron Egipto.
Las pocas acciones bélicas, para retener a los Nubios en el sur, estuvieron a cargo de su sobrino, Tutmosis III.
Estuvo siempre al lado de la Reina un personaje llamado Senenmut, que la ayudó, la aconsejó, fue el arquitecto de sus construcciones, y dicen las malas lengua que fue siempre su amante, y padre de su hija Neferura, del que era preceptor y educador.
Construyó el maravilloso templo de Deir el Bahari para su reina.
Otro de sus colaboradores fue el Gran Sacerdote de Amón, Hapuseneb, dirigió la construcción de su Tumba en el Valle de los Reyes.
La reina desapareció en el año 22 del reinado, sin que haya evidencias de su causa. Su memoria fue borrada rompiendo su nombre de todos los monumentos.
5.-  Un caso especial y misterioso es el de Nefertiti, la esposa del faraón Akhenaton. No se saben a ciencia cierta sus orígenes, aunque se especula que pudo ser una princesa extranjera o una hija de Ay, que más tarde fue faraón.
Nefertiti participó en los actos de culto a Atón, en igualdad con su esposo. Esto es muy significativo, ya que el rey era el único que podía tener contacto directo con el dios.
Autores como Harris nos hablan incluso de una corregencia al lado de su esposo. El hecho de que siempre fue representada con el Rey al mismo tamaño, tocada con corona y participando en todos los actos reales al mismo nivel.
Nefertiti desapareció en el año 22 del reinado de Akhenaton sin que se sepa qué le ocurrió.
Hay egiptólogos que dicen que tomó el nombre de Smenkhare y llegó a ser faraón de Egipto, otros que cayó en desgracia y se retiró, o que murió víctima de una epidemia.

No se ha encontrado su tumba, ni su momia, aún…


Marta Pérez (Akesha)


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