LA MUJER EGIPCIA , AMA DE CASA Y MADRE
El título “ama de casa” viene del Imperio Medio (nebet per, señora de la casa).
Al casarse, la mujer no perdía su capacidad
jurídica, pero, además, pasaba a dirigir
una casa. El sabio Any recomendaba a los hombres respecto a sus mujeres: “Admira
su labor y cállate” Recomendando ayudarla y mimarla para el buen funcionamiento
del hogar. Teniendo en cuenta que el hogar estaba formado por la casa, tierras,
siervos, animales, etc.
El ama de casa se encargaba de fumigar y perfumar el
hogar, preparar el alimento base del Antiguo Egipto, que era el pan y la
cerveza, cocinar o mantener la ropa limpia, lavándola en el río con natrón y
blanqueándola al sol.
LA madre era la principal educadora de los hijos,
tratándolos por igual al principio de su educación. En las clases altas, los
niños y niñas aprendían a leer y escribir, y asistían a escuelas de la casa
Jeneret (residencia de la Esposa Real, las esposas secundarias, concubinas e
hijas de todas éstas).
Más tarde, a las mujeres se las instruía en música,
canto, danza, instrumentos, tejer e hilar, y fabricar útiles de belleza.
Igualmente, tenían derecho a cazar y pescar, teniendo incluso sus propias
reservas. También se las enseñaba a cumplir con la Maat, el equilibrio eterno,
saber hablar y escuchar, y el respeto por los demás.
La casa Jeneret era el Harén Real, que participaba
en política y era muy influyente en decisiones de política exterior.
Marta Pérez (Akesha)
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