domingo, 30 de agosto de 2020

Recorriendo Egipto: Hoy visitamos... Sakkara

ENTREVISTA A LAURA DI NOBILE CARLUCCI




Dentro de nuestra sección “Egiptólogos y Egiptófilos de Hoy”,  tenemos el placer de  hablar con Laura Di Nobile Carlucci, historiadora del Arte y Egiptóloga. Actualmente Directora del Centro de Estudios Artísticos Elba, del que podéis conocer más en su web http://www.centroelba.es/. Tiene numerosas publicaciones en su haber .



1- ¿Cómo y cuàndo surge tu interés por la Egiptología?
Cuando era muy pequeña, con mi primer libro que hablaba de Egipto.

2- ¿Recuerdas tu primer viaje a Egipto? ¿Qué es lo que mejor recuerdas de él?
Inolvidable. Era el sueño de mi vida. Recuerdo tantas cosas... estuve un mes y lo crucé de norte a sur en coche. Era otro Egipto.

3- ¿Qué es lo que más te ha impresionado de todo lo que has visto en Egipto?
Muy difícil de responder, son demasiadas las cosas impresionantes... quizás, las pirámides.

4- ¿Qué es lo más curioso que tienes en casa relacionado con el Antiguo Egipto?
ja,ja,ja, un reloj, pura egiptomanía, es muy muy feo, pero es un regalo de mi padre que lo compró, a pesar de ser feo, porque tenía dos diosas egipcias.

5- En España somos muchos los amantes de la Egiptología que no tenemos recursos o situación para ir al extranjero  a realizar estos estudios, pero queremos sabe más. ¿Qué recomendarías a una persona en esta situación?
Hoy en día hay mucho para aprender en España. Profesores, cursos, numerosas publicaciones. Mucho material online de donde tirar. No hay excusas. Pero siempre contrastando la información.

6- ¿Crees que evoluciona adecuadamente el panorama egiptológico en España? ¿Alguna sugerencia? Si. Los estudios avanzan.

7- ¿Prefieres el trabajo de campo, o el de investigación?
Prefiero el de investigación pero también la docencia.

8- ¿Qué  proyecto estás llevando a cabo en estos momentos o qué proyectos inmediatos tienes en este campo? ¿Nos das alguna primicia?
Je,je,je, ya lo veréis.

lunes, 24 de agosto de 2020

ESTATUA-CUBO DE HOTEP


Análisis de la Estatua-Cubo de Hotep, tesorero de la XII Dinastía. Encontrada en Sakkara.


viernes, 21 de agosto de 2020

LA REVOLUCIÓN RELIGIOSA DE AKHENATON

La revolución religiosa de Ajenatón, marcó un antes y un después en la historia de Egipto, influyendo considerablemente a nivel político, económico y administrativo.
 Ajenatón dedicó toda su energía y las riquezas de Egipto a crear una nueva religión, basada en la existencia de un solo dios, el amor al hombre y a la naturaleza, y la igualdad entre todos los seres humanos. 
Esta revolución le valió el nombre con el que lo describen numeroso autores: Ajenatón, el Faraón hereje.
 Pero esta religión no fue invención del rey. Observamos numerosos antecedentes de culto solar en el Primer Período Intermedio y en el Imperio Medio. En Heliópolis se rendía culto a sol, identificándolo como Ra o como Atón. Se le representaba como un hombre con cabeza de halcón.
 En el reinado de Thutmose IV, se encuentran representaciones de Atón protegiendo al rey en la guerra, y textos en escarabajos conmemorativos: " el Rey luchó con Atón ante él..."
 Tras la muerte de Amenhotep II, aparece una estela dedicada a él, en la que ya se representa el disco solar como un rey, con el ureaus, y con unos largos brazos acabados en manos, que protegen al cartucho real. Aumenta el culto a Atón y Ra-Horaktis, ambos representaciones del disco solar.
Más tarde, con Amenhotep III, adquiere más importancia aún el culto al dios Atón, como se desprende de uno de sus escarabajos conmemorativos: "Atón, señor heliopolitano de los dos países". Atón es identificado con el faraón, para resaltar su poder como dios y como hombre.
 Con Amenhotep IV se consolidó el culto a un solo dios: Atón.
 El principal perjudicado fue el dios Amón, cuyo culto fue prohibido, sus imágenes e inscripciones borradas, sus templos cerrados y sus sacerdotes despojados de sus privilegios y riquezas.
 Ya en el reinado de Hatshepsut, el clero de Amón, enriquecido a través de las campañas del futuro Thutmose III, adquiriría cada vez más importancia. Intervinieron en la elección de este rey como faraón, intentando incluso que éste gobernara en nombre de ellos.
 Empezó a reinar el descontento por parte del rey, quien empezó a buscar apoyos en grupos opuestos al clero de Amón.
 Cuando Amenhotep IV subió al trono de Egipto, ya era seguidor de la doctrina de su abuelo y de su padre, apareciendo representado Ra-Horakti, dios solar, como dios principal.
 Hacia el tercer año de su reinado, aparecen evidencias de que sustituye el nombre de este dios por el de Atón. Al año siguiente, rompe toda relación con el clero de Amón.
 Este hecho puede tener una doble lectura, religiosa y política. Por un lado, el monoteísmo que se iba implantando, chocaba con la adoración a otros dioses y el mantenimiento de su culto, y, por ende, de sus templos y sacerdotes. Por otro lado, el clero de Amón aparece muy enriquecido y con numerosos privilegios. Su poder iba creciendo, controlando la economía y la política del país.
Por todo ello, Amenhotep decidió romper con todo lo anterior, llegando a cambiar la capital, de Tebas a Ajetaton, y realizando una completa renovación del gobierno. Este último hecho fue importante para que fracasara la reforma, ya que se rodeó de gente sin experiencia, a menudo extranjeros, sin capacidad de organización, y con una cantidad de fondos confiscados de los templos de Amón, que, en la mayoría de los casos, los llevó a la corrupción.
 Aproximadamente en su quinto año de reinado, Atón comienza a representarse como un disco solar con brazos muy alargados acabados en manos, dedicadas a proteger al faraón y sus seguidores, y a recibir ofrendas.
 En el sexto año se producen los cambios más importantes. Amenhotep IV cambia su nombre por el de Ajenaton. Celebra su primer jubileo y el del dios Atón, recibiendo así la titularidad de rey y dios viviente. Es el momento que construye la ciudad de Ajetaton (Horizonte de Atón) y traslada allí su capital desde Tebas. 
Pocos años después, Ajenaton compagina el nombre de Atón con el de Ra. Ra es espíritu puro, el sol naciente, el Atón. El faraón es su profeta, el sumo sacerdote. El poder político y el religioso se habían fundido en uno solo, en la persona del rey.
 Ajenaton enseñaba esta nueva religión a todos sus colaboradores, los instruía en u monoteísmo, donde dios es el creador del mundo, y crea cada día la naturaleza como un acto de amor. Los hombres son sus criaturas y los ama a todos por igual, probando así la igualdad entre todos los seres humanos. Atón, el Sol, cuida de todas sus criaturas, todo existe por él, es la energía que mueve la vida… todo esto está claramente explicado en el Himno a Atón, escrito por el mismo rey.
 Se trata de una clara referencia al bien y al mal. El día, presidido por el disco solar, representa el bien. La noche, privada de su luz, representa el mal. Sólo hay un camino: amar al dios.
 "Cuando creces en el horizonte, llenas la tierra con tus bellezas"… "Tus rayos envuelven la tierra y todo lo que tú has creado"…
 Se observa un cambio incluso en la forma de adorar al dios. Ya no se trata de sacerdotes que realizan ritos secretos en oscuros templos, adorando una estatua, sino templos a cielo descubierto, donde todos pueden adorarlo y llevarle sus ofrendas. Sus ritos eran la recitación de himnos.
 Las ideas de esta doctrina religiosa se resumen en varios puntos:
Atón es el dios único, creados, universal, presente en todo lugar y en todo tiempo, y que hace a todos los hombres iguales.
 Se promulga la libertad, la verdad (Maat), el amor a la naturaleza, la alegría de vivir y el amor a dios.
 Ajenaton es su hijo y su profeta, al que dios le revela las enseñanzas para que él las predique a todos los seres humanos.
 Pero el pueblo se resistía a abandonar a sus dioses tradicionales, los sacerdotes de Amón iban recuperándose gracias a los apoyos que iban obteniendo en Tebas, la política exterior estaba un tanto descuidada, al igual que la política interior.
 Ajenaton murió sin que llegara a triunfar su religión en el país. Sus sucesores volvieron a implantar la religión de Amón, destruyendo Ajetaton y cualquier evidencia de lo que para ellos fue una herejía.
¿Un hereje? ¿Un visionario? ¿Un loco?... Se le ha calificado de muchas formas. Lo que sí está claro es que fue uno de los grandes faraones de la historia de Egipto, y que, a pesar del interés por borrarlo de la historia, su recuerdo sigue perdurando a través de los milenios.

Marta Pérez Torres (Akesha)




EL ULTIMO JEROGLÍFICO EGIPCIO DE LA HISTORIA

El día 24 de agosto del 394 d.C. se grabó en el Templo de Filé la última inscripción en jeroglífico de la Historia de Khemet. En este vídeo podrás ver la inscripción y te cuento quién la hizo y qué decía la misma.



sábado, 15 de agosto de 2020

ENTREVISTA A LA DRA. MARINA ESCOLANO POVEDA

MARINA ESCOLANO POVEDA


Dentro de nuestra sección “Egiptólogos y Egiptófilos de Hoy”,  hablamos con Marina Escolano, una erudita de la Egiptología, a la que leo, sigo y admiro especialmente.
Marina Escolano-Poveda (Alicante, 1986) es Lecturer in Egyptology en la Universidad de Liverpool (Reino Unido). Obtuvo su doctorado en Egiptología en 2017 por la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, Estados Unidos), estudios que inició gracias a la obtención de la prestigiosa beca Fulbright para estudios de postgrado en Estados Unidos. Fue Primer Premio Nacional de Fin de Carrera en Historia, promoción de 2009, tras terminar su Licenciatura en Historia en la Universidad Autónoma de Madrid. Está especializada en el mundo intelectual del sacerdocio egipcio del periodo grecorromano, y trabaja principalmente con fuentes textuales demóticas, egipcias ptolemaicas y griegas. Combina su trabajo histórico con la edición y publicación de papiros hieráticos, demóticos y coptos de distintos géneros (científicos, literarios, documentales). También forma parte desde 2010 del equipo de la expedición arqueológica de la Universidad Johns Hopkins en el Templo de Mut (Luxor, Egipto), bajo la dirección de la Prof. Betsy Bryan. Anteriormente (2007–2010) trabajó como arqueóloga, y fue directora adjunta (2009) de la expedición de la Universidad de Durham (Reino Unido) y la Egypt Exploration Society en Sais (moderna Sa-el Hagar, Egipto), en el Delta del Nilo. En paralelo a su trabajo científico, escribe publicaciones de divulgación egiptológica en español en medios como Historia National Geographic.

1. ¿Cómo y cuándo surge tu interés por la Egiptología?
De pequeña, con siete u ocho años, yo quería ser astrofísica. La astronomía me apasionaba, y desde siempre las asignaturas de ciencias se me habían dado muy bien y me gustaban mucho. No obstante, en algún momento después descubrí la arqueología y empecé a apasionarme por el estudio del pasado, primero por Roma, y después, poco a poco, fui descubriendo Egipto. Mi madre me llevaba todas las semanas a la biblioteca municipal para sacar libros nuevos, y fue a través de una de esas guías visuales con muchas imágenes como empecé a leer sobre Egipto y en particular sobre los jeroglíficos egipcios. Siempre me habían gustado los acertijos, y me propuse aprender a leer esa escritura que me parecía tan fascinante. Entonces no tenía acceso a internet en casa, y la biblioteca no tenía libros específicos sobre el tema (creeme, le di la tabarra a la bibliotecaria con esto), pero un día en una librería encontré el libro de Mark Collier y Bill Manley Introducción a los jeroglíficos egipcios, que hacía poco que se había traducido al español, me hice con él. Entonces tenía 13 años, y creo que desde ese momento la decisión de que esto es a lo que quería dedicarme estuvo tomada.
2. ¿Recuerdas tu primer viaje a Egipto? ¿qué es lo que mejor recuerdas de él?
Por supuesto, fue un viaje familiar, regalo de mis padres, la primavera de 2004, para celebrar que ese año cumplía 18 años. Fuimos con mis tíos, mis primos, y algunos amigos de la familia. Era el típico viaje de 15 días, con el crucero y unos días en El Cairo, y es la única vez en que he estado en Egipto como turista. Tres años después, en el verano de 2007, fui por primera vez a trabajar como arqueóloga con la Egypt Exploration Society, y desde entonces he ido todos los años, primero a trabajar a Sais, en el Delta del Nilo, y posteriormente, una vez comencé el programa de doctorado en Johns Hopkins, al templo de Mut en Karnak. De aquel primer viaje lo que más recuerdo es la sensación de haber estado ya allí antes, debido a que había estudiado ya todos aquellos lugares en detalle a través de los libros. La emoción de poder leer las paredes de jeroglíficos directamente por primera vez fue inigualable. No dejaba de imaginarme cómo se habría sentido Champollion al visitar por primera vez los monumentos, siendo el primero en leer esos textos tras milenios de silencio. Para entonces Champollion era ya mi ídolo absoluto.
3. ¿Qué es lo que más te ha impresionado de todo lo que has visto en Egipto?
Es complicado quedarse con algo, y a lo largo de los años mis intereses dentro de la Egiptología han ido cambiando. Uno de los lugares que más me fascinan es Tuna el-Gebel. Las catacumbas de los babuinos y los ibis son un lugar sobrecogedor, y la tumba de Petosiris, con su mezcla de iconografía egipcia antigua y estilo griego es, para alguien que se dedica al Egipto grecorromano como yo, una verdadera joya. Otro lugar que me apasiona por el mismo motivo son las catacumbas de Kom el-Shoqafa en Alejandría. Pero la verdad es que si me tuviese que quedar sólo con un lugar, sería el templo de Dendera, comenzado a construir a finales de la época ptolemaica y terminado a comienzos de la época imperial romana. Sobre sus muros y sus techos, Dendera cuenta con algunos de los textos egipcios más interesantes que he podido leer, que nos permiten acceder al pensamiento teológico-filosófico de la clase sacerdotal egipcia de época grecorromana. Además, el techo astronómico de su pronaos y el famoso zodíaco, que es el techo de una de las capillas osiríacas, nos permiten acceder a la concepción del cielo que existía entonces, que combinaba la tradición astronómica egipcia con nuevos conocimientos transmitidos desde Mesopotamia durante el primer milenio a. C.
4. ¿Qué es lo más curioso que tienes en casa, relacionado con el Antiguo Egipto?
Aunque a lo largo de estos años y en tantos viajes, como todo amante de Egipto, he ido acumulando cachivaches de todo tipo, mi pasión verdadera son los libros. En mi biblioteca personal cuento con algunas joyas (primeras ediciones, libros raros, etc.), entre las que quizá la más especial es un libro que me regalé a mí misma cuando terminé de escribir la tesis doctoral. Mi tesis es un estudio sobre la configuración de la figura del sacerdote egipcio en época grecorromana a través de las fuentes literarias y paraliterarias egipcias y griegas. El primer tratado que se publicó en el mundo occidental sobre los sacerdotes egipcios, estudiados a partir de las fuentes clásicas y bíblicas, fue publicado en 1768 por F. S. Schmidt bajo el título Dissertatio de Sacerdotibus et Sacrificiis Aegyptiorum. Hay que tener en cuenta que esto fue treinta años antes de la expedición de Napoleón a Egipto, y por tanto, anterior al inicio oficial de la “egiptomanía”. Mientras escribía el capítulo de la tesis sobre la historia de la investigación sobre el sacerdocio egipcio de época grecorromana, encontré una librería de viejo que vendía, por sólo $50, una primera edición de este libro, y no pude resistirme. Es también uno de los libros más antiguos de mi biblioteca.
5. En España somos muchos los amantes de la egiptología que no tenemos recursos o situación para ir al extranjero a realizar estos estudios, pero que queremos saber más. ¿Qué recomendarías a una persona en esta situación?
Afortunadamente el panorama egiptológico en España ha mejorado mucho con respecto a las posibilidades que existían cuando yo empecé. En primer lugar, no obstante, hay que distinguir entre formación para llegar a ser profesional de la Egiptología, y formación general para saber más de Egipto, pero sin el objetivo de dedicarse a Egiptología como profesión. En el primer caso, tenemos actualmente el máster y programa de doctorado de la Universidad Autónoma de Barcelona, que permite cursar estudios oficiales de Egiptología de un nivel equivalente al que podemos encontrar en el extranjero. El gran problema de estudiar en España sigue siendo, sin embargo, el acceso a la bibliografía, y en algunos casos la formación específica en algunas áreas de la Egiptología (aunque esto poco a poco se va completando) por lo que sigue siendo necesario en muchos casos hacer al menos estancias de investigación de algunos meses en el extranjero. Esto es importante también para integrarse en la comunidad egiptológica internacional y conocer a otros colegas que trabajan en los mismos campos.
Por otra parte, para aprender sobre Egiptología como afición, la oferta de cursos y actividades en España es riquísima y en muchos casos de gran calidad, desde cursos online, como el ofrecido desde la plataforma Coursera por la Universidad Autónoma de Barcelona, a cursos de todo tipo llevados a cabo por asociaciones o universidades, abiertos a todo el público. Quiero destacar especialmente los cursos que está organizando el Dr. Antonio Morales en la Universidad de Alcalá de Henares, que me parecen una oportunidad magnífica de estudiar con uno de los egiptólogos mejor formados de nuestro país.
6. ¿Qué autores o qué libros recomiendas a alguien que quiere iniciarse en este mundo?
La oferta de libros, incluso en lengua española, ha mejorado también enormemente en los últimos años. Para iniciarse en la escritura jeroglífica, por ejemplo, recomiendo el mismo libro que utilicé yo, la Introducción a los jeroglíficos egipcios, de Collier y Manley, que es un librito muy asequible para el aprendizaje autodidacta. Te paso un enlace a un artículo en mi blog donde doy algunos títulos más, y unos cuantos consejos sobre cómo formarse en Egiptología: http://egyptologicalbibliophile.blogspot.com/2018/07/guia-para-estudiar-egiptologia.html. Muchos egiptólogos españoles dedicamos además parte de nuestro tiempo a la publicación en lengua española de bibliografía egiptológica específica. A finales de este año o comienzos del próximo, si todo va bien, saldrá un volumen sobre textos religiosos egipcios en el que hemos participado muchos egiptólogos hispanohablantes, y que cubre un área en la que no existía nada equivalente en lengua española.
7. ¿Crees que evoluciona adecuadamente el panorama egiptológico en España? ¿Alguna sugerencia?
Totalmente, existe un grupo muy de gente muy bien formada, y con muchas ganas de sacar la Egiptología española adelante. Además de programas de formación, contamos en este momento con distintos proyectos arqueológicos españoles en Egipto, además de con muchos profesionales españoles que trabajan, como es mi caso, en proyectos de otros países. El mayor problema al que se enfrenta, desde mi punto de vista, la Egiptología española, es la falta de financiación y la rigidez en general de los programas universitarios. Esperemos que poco a poco podamos ir encontrando opciones y alternativas para seguir avanzando en la implantación normalizada de la Egiptología como disciplina académica en nuestro país. Los pasos que se van dando de momento son los adecuados.
8. ¿Prefieres el trabajo de campo, o el de investigación?
El trabajo de campo es en sí trabajo de investigación, y ha de ir acompañado necesariamente de trabajo de análisis e interpretación posterior. Sobre la dicotomía arqueología vs. filología, en mi opinión un egiptólogo ha de formarse y tratar de mantenerse al día en ambas áreas. Obviamente, uno tiene que especializarse en un campo concreto de la Egiptología para poder conocerlo con la profundidad suficiente para poder realizar avances en su conocimiento, pero el estudio de los textos ha de ir siempre informado por lo que nos dice el análisis de la cultura material, y viceversa. En mi caso, pese a que mi especialización es el estudio de textos egipcios, principalmente aquellos escritos en soporte papiráceo, participo desde hace más de diez años en proyectos arqueológicos en Egipto.
9. ¿Qué proyecto estás llevando a cabo en estos momentos o qué proyectos inmediatos tienes en este campo? ¿Nos das alguna primicia?
Mi investigación se centra en el estudio del mundo intelectual de los templos y el sacerdocio egipcio en época grecorromana. Esto incluye desde el estudio de textos egipcios jeroglíficos, hieráticos y demóticos, como de textos griegos de este periodo, y de disciplinas tan dispares como la teología, la filosofía, y el origen de disciplinas como la astronomía/astrología y la alquimia. Además del estudio histórico de este ámbito intelectual, me dedico a la edición y publicación de nuevos textos, principalmente en egipcio demótico. Actualmente, por otro lado, me encuentro preparando mi traslado a la Universidad de Liverpool, donde he obtenido una plaza de Lecturer in Egyptology, así que estoy también preparando las clases que impartiré allí.
En cuanto a hitos concretos en mi investigación, he enviado hace unos meses a la revista Enchoria un artículo sobre un papiro astronómico actualmente conservado en la abadía de Montserrat, en Barcelona, que contiene el único ejemplo conocido de almanaque mensual en demótico (un tipo de tabla astronómica que da las posiciones de los cinco planetas visibles para cada mes a lo largo de una serie de años), y que nos ofrece los nombres egipcios para distintos fenómenos astronómicos antes sólo conocidos en griego y en acadio. Como ves, desde la Egiptología he podido volver a mi otra pasión de niña, la astronomía. En estos momentos me encuentro preparando otro artículo en el que analizo una de las obras del primer alquimista conocido, Zósimo de Panópolis, desde una perspectiva egiptológica, aportando nuevos datos sobre el origen de la alquimia en el Egipto grecorromano.


Muchas gracias por el tiempo que me has dedicado, y por tus magníficas aportaciones al mundo de la Egiptologia. Te deseo lo mejor en tus proyectos.

viernes, 14 de agosto de 2020

KIYA, LA SEGUNDA ESPOSA DE AKHENATON

Kiya, la “Muy Amada Esposa del Rey del Alto y Bajo Egipto, el que vive en la verdad, señor de las Dos Tierras, Neferkheprura-Waenra, el divino hijo del Aton viviente y que vive por siempre y eternamente, Kiya”. (Reeves: Akhenaton, el falso profeta de Egipto).

Éste era el título que ostentaba Kiya, la segunda esposa de Akhenaton. Hay muy poca información sobre este personaje, del que no se sabía ni su existencia hasta 1.959, cuando fue descubierto su nombre grabado en una jarra cosmética.

Según algunos historiadores, como Manniche, puede que sea la última reina de Mitanni, llamada Tadu-Hepa, que llegó a Egipto para casarse con Amenhotep III, y que, al encontrarlo fallecido, fue tomada por Akhenaton como esposa.

Se la consideraba una mujer cruel, que pudo estar detrás de los excesos de Akhenaton en la corte. Debió ser una amenaza para Nefertiti. No participó en la vida política ni religiosa de Amarna, se limitó a ejercer de esposa  y fue un personaje muy querido por el rey.

Es posible también que fuera la madre de Tutankhamon, en cuyo caso, éste sería hijo de Akhenaton. Aunque también se conjetura mucho con ese tema.

Cuando Kiya murió, sus estatuas fueron destruidas, y sus inscripciones borradas y sustituidas por el nombre de Merit Aton. No se ha encontrado su momia, pero su sarcófago y vasos canopes fueron hallados por Theodore Davis en la Kv-55, en 1.907, reutilizados como enterramiento alternativo para Akhenaton.

Como habréis comprobado, Kiya es un personaje muy poco conocido, y del que sólo podemos encontrar hipótesis basadas en descubrimientos muy puntuales. Lo único de lo que podemos estar seguros es de que fue la esposa de Akhenaton.


Marta Pérez Torres (Akesha)

jueves, 13 de agosto de 2020

Arqueros Nubios en el Museo de El Cairo



Los arqueos nubios, un ejemplo de maqueta del Imperio Nuevo. Formaron parte del ajuar funerario de Mesehti. #Nubia #Egipto #Egiptología #Mesehti





lunes, 10 de agosto de 2020

AJET-ATON, HORIZONTE DE ATON

 A pesar del empeño por borrar de la historia todo lo referente a Akenaton y su época, y aniquilar gran parte de su obra, ha logrado sobrevivir al tiempo y a la destrucción "Aket-Aton" la ciudad del Horizonte de Atón.

Entre el año 4 y el 6 de su reinado, Akenaton decidió cambiar la capital del reino a un nuevo emplazamiento al que no llegaran las influencias de los sacerdotes de Amón.

 Debía ser una tierra virgen, y eligió para ello un lugar en la frontera del Egipto Medio, cerca de los acantilados del Este del Nilo. Era un área muy amplia, formada por una gran extensión de terreno fértil en la zona Oeste, y una llanura desértica en la zona Este, donde se construirían los edificios de la ciudad, abarcando una zona de unos 13 x 16 kilómetros.

 Aketaton fue construida en el punto Medio entre Tebas y Menfis, las dos capitales más importantes de Egipto.

 Este lugar exacto fue elegido por el rey debido a su semejanza con el jeroglífico "Ajet", horizonte, que representa dos montañas entre las cuales sale el Sol. De ahí el nombre de la ciudad, Aketaton, el Horizonte de Atón.

 En esta capital se centralizó la religión, el poder, la economía… lo cual iba poco a poco deteriorando diversos aspectos del país.

 En ella vivieron entre veinte mil y cincuenta mil habitantes, entre los que apenas había discriminaciones sociales.

Todos los hombres eran iguales y libres. Las distintas clases sociales se agrupaban en los mismos barrios y no existía la esclavitud, al igual que en el resto de Egipto.

 Sobre las colinas que rodeaban la ciudad, se han encontrado estelas fronterizas, esculpidas en la roca, en las que se registran proyectos y acciones del rey y la importancia de Atón.

 En la actualidad hay quince estelas registradas, un primer grupo, construidas en el año 5 de su reinado (Estelas M,X,K), y un segundo grupo, erigidas en el año 6 de su reinado (Estelas J,L,N,P,Q,R,S,U,V en el Este, y A,B,F en el Oeste).

 La primera de las estelas descubierta en la orilla Oeste (Estela A) fue encontrada por Sicard en 1.714. La primera descubierta en la orilla Este (Estela U), fue encontrada por Harris en 1.814.

 Algunas de estas estelas están muy bien conservadas, lo que nos da bastante luz sobre cómo se desarrollarían los acontecimientos en esa época.

 En la 1ª Estela fronteriza, encontramos un texto sobre el proyecto de Akenaton, del que insertamos un fragmento:

 "En Aketatón, en este lugar, construiré la Casa de Atón, para el Atón, mi padre…
…y en Aketatón, e este lugar, construiré para mí mismo la residencia del faraón…"

 En otra de las estelas, el faraón escribe su última voluntad: "Si dentro de muchos años muriese en alguna ciudad del norte, el sur, el oeste, o el este, me traerán y se hará mi enterramiento en Aketatón"

Estas Estelas reproducen el Gran Templo de Atón, y tienen como foco de unión las líneas imaginarias que llevan hasta la tumba del rey. Dicha tumba representaba el lugar del renacimiento de Atón.

Respecto a la edificación de la ciudad, estaba casi entera construida de adobe, usándose la piedra sólo en contadas ocasiones. Era una ciudad muy rica, con numerosos pozos de agua, jardines y tierras de cultivo por todas partes, Esta riqueza se debía a la desviación del dinero de los templos de Amón a Aketatón.

 No había evidencias de que existiera ningún proyecto para la construcción de la ciudad, sino que ésta se fue construyendo tomando como centro el Templo de Atón.
La ciudad estaba atravesada por una gran avenida, llamada el "Camino Real", que unía el Norte y el Centro de la ciudad.

 La Ciudad Norte empezaba en el Palacio de la Rivera Norte, rodeado de una gran muralla, probablemente para la protección de un rey que contaba con numerosos enemigos. Muy cerca se alzaban las casas de los cortesanos más allegados al rey. Eran casas muy grandes, con numerosas dependencias, jardines, almacenes y servidumbre remunerada.

Cerca de allí se encontraban grandes edificios administrativos. Recordemos que Akenatón se llevó a la ciudad, no sólo el centro religioso, sino también el político y la administración.

Avanzando hacia el Sur por el Camino Real, no s encontramos el Palacio del Norte, posiblemente dedicado a Merit-Atón, hija y esposa de Akenatón.

Estaba decorado muy ricamente, con escenas de la naturaleza. En su interior vivían numerosas especies animales. Sería probablemente el que albergaría el jardín botánico y lo que se puede considerar el primer Museo Natural de la historia, según Pirennes.

A continuación, justo antes de entrar en el centro, se encontraba el barrio Norte, donde vivía el grueso de la población. Aunque hay que destacar que, aunque las casas variaban en tamaño, y ornamentación, no se hacían distinciones sociales entre sus habitantes.

En este barrio se encontró el taller de Thutmés, el escultor del famoso Busto de Nefertiti. 

Al final del Camino Real se encontraba el Barrio Central o Ciudad Central.
Como edificio principal destacaba el Gran Templo de Atón, orientado de Oeste a Este. Su parte central estaba al aire libre, pudiendo encontrar una construcción de piedra llamada "Per Hai", la Casa de la Alegría, y un conjunto de patios que formaban el "Guem Atón" , o Atón ha sido hallado. Había allí una sala con 365 altares de piedra, para las ofrendas de cada día del año. Dentro del recinto del Templo existía también una piedra Ben Ben, a imitación de la del Templo de Heliópolis.

 El otro edificio principal, en el centro de la ciudad, es el Gran Palacio, que consta de una serie de patios y salas hipóstilas, formando los Departamentos Estatales, los alojamientos de la servidumbre y la Sala de la Coronación. Todo ello construido en piedra de diferentes clases y alabastros, y barro pintado al estilo del arte amárnico. En él recibía mensajeros y embajadores.

 Estaba comunicado a través de un puente, con la Casa del Faraón, residencia privada del rey. En este edificio se encontraba el Balcón de las Apariciones, desde donde Akenaton hacía regalos a sus funcionarios o a los nuevos adeptos a Atón.

 En Gran Templo de Atón y el Gran Palacio, se comunicaban a través de la Vía Real.

 Siguiendo hacia el Sur, se encontraba el Pequeño Templo de Atón o Residencia de Atón. Este era el lugar donde el rey llevaba a cabo su culto a Atón, así como sus familiares y algunos amigos más íntimos. Tras el patio y los pilonos, había un santuario de piedra como el del Gran Templo.

Ya fuera del Camino Real, a través del cual se realizaban diariamente procesiones del Rey, su familia y allegados en su brillante carro de electrum para bendecir al pueblo, encontramos el Barrio Sur, donde vivían los ciudadanos bien situados.

En el límite de la ciudad, al Sur, encontramos el Maru-Atón, una estructura de dos patios con estanques rituales, así como estancias y santuarios de ofrendas, rodeados de hermosos jardines.

El Templo Sur, ya fuera de la ciudad, estaba situado junto a Kom El-Nana. Estaba construido en piedra, rodeado de jardines.

En una barriada aparte, al este de la ciudad, se agrupaban los constructores de la ciudad y de las necrópolis.

 La necrópolis estaba excavada en la roca, agrupadas las tumbas en las colinas norte y sur que rodeaban la ciudad. La tumba real estaba excavada en el Valle de Darb-El Melek.

 El nombre de la ciudad de Aketaton, el Horizonte de Atón, puede dar lugar a pensar que no era considerada una ciudad en sí, sino un gran Templo de Atón.
Tras el reinado de Akenaton, sería restablecido el culto a Amón, y abandonada y destruida la "Ciudad maldita".

 Durante siglos permaneció oculta, cubiertos sus restos por la arena del desierto, hasta que, a principios del siglo XVIII se descubrió la primera de sus estelas.
Pero no fue hasta final del siglo, cuando empezaron a descubrirse restos de la ciudad, por parte de la expedición de Napoleón Bonaparte.

 A principios del siglo XIX, Wilkinson hizo un estudio de la iconografía que se conservaba entre los relieves de sus ruinas, observando que era completamente distinta a todo lo aparecido hasta ahora.

 Posteriormente, Lepsius continuó las excavaciones, descubriendo que la ciudad había sido destruida para borrar cualquier resto de Akenatón.

 A finales de siglo, Howard Carter realizó una serie de dibujos sobre la ciudad, mientras Petrie continuaba con las excavaciones, delimitando las distintas zonas de la ciudad.

 A principios del siglo XX, N.G. Davies realizó un estudio de las tumbas de Aketaton, hoy llamada Tel El Amarna.

 En 1.912, Brochard descubrió el taller de Thutmés, entre las ruinas de la ciudad, contando entre sus restos con el busto de Nefertiti.

 Durante el siglo XX han avanzado muy lentamente las excavaciones.

 Actualmente, la Egypt Explorations Society, dirigida por Barry Kemp; Nicholas Reeves, Geoffrey Martin y el Proyecto de Tumbas Reales de Amarna, continúan sus investigaciones para dar luz a una parte de la historia tan importante como enigmática: La Época Amarna.

Marta Pérez Torres (Akesha)



 

ENTREVISTA A ROXANA TEBAS

 Dentro de nuestra sección “Egiptólogos y Egiptófilos de Hoy”,  tenemos el placer de  hablar con Roxana Tebas, administradora del Blog “La mirada de Isadora”, y que podéis ver en https://isadora-traslamiradadeisadora.blogspot.com/



1- ¿Cómo y cuándo surge tu interés por la Egiptología?
Mi interés por la Egiptologia me surgió hace muchos años, siendo niña, ojeando la enciclopedia en varios tomos que habia en mi casa. En uno de estos tomos me topé con fotos de las pirámides y templos de Egipto; quedé fascinada con aquellas estructuras monumentales y leí casi del tirón toda la información que las acompañaba, a la vez que soñaba con poder visitar algún día aquellas maravillas, aunque realmente no creía que esto fuera posible. En aquél entonces, a comienzos de los años 70 casi nadie de mi entorno se podía permitir realizar un viaje, y menos aún, a un lugar tan lejano como Egipto....
Años después leí algunos libros como " La Reina del Nilo" de Pauline Gedge , "No Digas que fué un Sueño" de Terence Moix,   "La hija del Faraón"  de Cristian Jacq, y algunos más que ahora no recuerdo, y de nuevo empecé a sentir el deseo de querer saber más y sobre todo poder viajar a Egipto, aunque  de nuevo era consciente de que esto último seguramente no podría ser...Así que tenía que conformarme con seguir leyendo libros de temática egipcia pero profundizando un poco más pues las novelas ya no me satisfacían. Un día fuí a la biblioteca de mi ciudad a buscar libros para ayudarme en los estudios de bachillerato para adultos que estaba cursando ( yo ya tenía más de 30 años) y se me ocurrió mirar a ver si tenían algo de Egipto o relacionado y me encontré con el libro " Las Claves de Egipto, la Carrera por leer los Jeroglíficos", sobre la vida de Jean Francoise Champollión y su absoluta entrega con una vida llena de privaciones por conseguir descifrar la antigua escritura egipcia y, sobre todo, por poder viajar a Egipto para ver con sus propios ojos  aquellas maravillas  y poder estudiarlas de primera mano.  Puuuffff ahí ya si que me quedé absolutamente enganchada....la vida de Champollión me cautivó de tal manera que ya no podía resistir el deseo de querer saber más y más y también me hizo sentir un irrefrenable deseo viajar allí (¡ aún se me pone la piel de gallina al recordar las emociones y deseos que este libro despertaba en mí!).
Desde entonces, hace ya más de 15 años, no leo otra cosa que no sean libros de Egiptología (es como una droga, siempre quieres saber más, aprender sobre algún aspecto concreto de la antigua cultura egipcia, etc), y finalmente en 2007 pude cumplir mi sueño...¡¡¡por fin pude visitar la tierra de los faraones!!! 

2- ¿Cuál es tu época o personaje favorito?
Es dificil contestar a esto porque me interesan casi todas la épocas, pero tengo que decir que siento predillección por el Predinástico, todo lo relacionado con los inicios del Antiguo Egipto, y el Imperio Antiguo, época para mí, de máximo esplendor con las construcciones de las grandes pirámides, monumentos a mi entender, únicos en toda la historia de Egipto y en la del mundo.
En cuanto a mi personaje favorito, me resulta dificil elegir. Siento predilección por la reina Hatshepshut y su brillante reinado lleno de paz y progreso para su país. También me interesa mucho la reina Cleopatra, tan maltratada, a mi juicio, por la historia y sus prejuicios. Y finalmente, confieso que siento debilidad por el joven rey Tutankhamón y  y la época que le tocó vivir, a pesar de que no sepamos mucho sobre ella, me resulta de lo más  interesante.

 

3- ¿Recuerdas tu primer viaje a Egipto? ¿Qué es lo que mejor recuerdas de él?
Recuerdo perfectamente mi primer viaje. Fué en 2007, años después de haber leido el libro sobre Champollión que comenté anteriormente...Fué un viaje absolutamente increíble y maravilloso, enormemente anhelado desde hacia tanto tiempo y que jamás pensé que pudiera realizar.Pero a veces los sueños se cumplen, la vida te cambia y empiezas a ver como todo se pone a favor para realizar aquel sueño tanto tiempo guardado en el alma...es como si todos los astros o todos los dioses del panteón egipcio, o ambos,  se conjuraran para llevarte hacia aquello que tanto y tanto había deseado y que jamás había contado a nadie, pues me hubieran dicho que estaba loca. Bueno...(esto es algo que aún me dicen hoy después de 5 viajes a Kemet)  jajajaja!!! 
Lo que mejor recuerdo de este viaje es, sencillamente todo!! Recuerdo ir literalmente como una boba con la boca abierta por todo lo que veía, divisar las pirámides desde la ventanilla del autocar, a medida que nos cercábamos a Guiza, contemplar también desde el autocar  al entrar en Luxor, el pilono del templo y los capiteles abiertos de la gran columnata de Amenofis III, allí en medio de la ciudad, frente al Nilo y a las colinas de Tebas....coger al anochecer una barquita para ver el espectáculo de luz y sonido en Philae, antes de la visita (que sería al día siguiente), e ir viendo aparecer poco a poco el templo de Isis, encaramado sobre los farallones graníticos del río, iluminado en medio de la oscuridad brumosa de la calurosa noche egipcia...Doy fe que es una visión única e inolvidable. Ufff como echo de menos todo esto... Me temo que mis palabras no dan la dimensión de las emociones vividas en ese primer viaje en el que tantas y tantas "cosas maravillosas" vi , y tantas y tantas emociones igualmente maravillosas sentí.
Un viaje a Egipto es algo que nadie, repito, nadie debería perderse jamás.  

 

4- ¿Qué es lo que más te ha impresionado de todo lo que has visto en Egipto?
Todo lo que he visto en Egipto me ha impresionado, pero si tuviera que elegir, quizás escogería las grandes pirámides de Guiza, en especial claro está, la gran pirámide de Keops. No puedo dejar de estremecerme cuando estoy frente a ella y levanto mi cabeza para alcanzar ver su cima y darme cuenta, en ese preciso instante, de la magnitud y la escala a la que fueron construidas estas colosales construcciones y del tiempo que llevan ahí, inmutables e imperecederas...Son sencillamente grandiosas y una se siente tan pequeña e insignificante ante ellas...

5- ¿Qué es lo más curioso que tienes en casa relacionado con el Antiguo Egipto?
Cosas curiosas de Egipto no tengo. Sí que tengo algunas figuras egipcias, como por ejemplo estatuas de la diosa con forma de gato Bastet, del dios Horus, un plato decorado con la escena de las músicas de la tumba de Nankh, algunos perfumes que me encantan y que duran años y años. Yo tengo algún botecito de hace casi 5 años, y ahí está, oliendo tan bien como el primer día y por supuesto, mis queridas pirámides realizadas en un precioso alabastro anaranjado...en fin...esas cositas que la mayoría traemos de allí. Bueno y una joyita más; algo a lo que le tengo un especial cariño y que no me canso de ver y es un libro con las litografías de Egipto y Nubia de  David Roberts. Una preciosidad!!!

6- ¿Qué libros recomendarías a alguien que quiere iniciarse en el conocimiento de esta marvillosa cultura?

En cuanto a libros que recomendaría para alguien que se acerque al mundo de los antiguos egipcios, en principio, creo que una buena manera sería empezar con novelas como la de Pauline Gegde que comenté al comienzo, y cosas así, ligeras como para ir tomando contacto y despertando la curiosidad, para después empezar a profundizar y entonces recomendaría por ejemplo, "Historía del Antiguo  Egipto" de Ian Shaw y algunos autores más (cada uno se dedica a cada una de las distintas épocas faraónicas). Este fue mi primer libro de Egiptología propiamente dicho (después de haber leído el de Champollión), y que a pesar de ser un tocho de más de 600 páginas es un libro que no se hace pesado o por lo menos a mí personalmente, me resultó muy ameno y despertó en mí, aún más si cabe, mis deseos de aprender. Otro libro que me parece muy bueno y entretenido para ir "abriendo boca" es el de José Miguel Parra " Eso no Estaba en mi Libro de Historia del Egipto". A estos podría añadir "Historia de Egipto, Anatomía de una Civilización" de Barry Kemp," Hatshepshut, La Reina Misteriosa" de C. D. Noblecourt, etc, Esto libros, junto con el ya mencionado sobre la vida y obra de Champollión, son mis modestas recomendaciones.

7- ¿Crees que evoluciona adecuadamente el panorama egiptológico en España? ¿Alguna sugerencia?
Personalmente me siento muy contenta y orgullosa de ver que la Egiptología española tiene cada vez más peso en el mundo académico y cada vez son más las misiones arqueológicas de nuestro país que realizan excavaciones en Egipto logrando importantísimos éxitos en sus campañas.
Aun así, creo que la Egiptología no es algo muy reconocido o apoyado por los estamentos oficiales o gubernamentales. Creo que en líneas generales, la Egiptología como tal, debería incorporarse a la parrilla de estudios de Grado que hoy se ofertan, como una carrera independiente a la altura de la de Historia y Geografía o la de Historia del Arte, por ejemplo. 
Si no recuerdo mal, creo que hace años se anunció que en 2011 se implantaría el Grado en Egiptología, pero vino la crisis y jamás se volvió a oír hablar de ello. A mí personalmente, me parece que esto hubiera sido un empuje definitivo para la Egiptología y su divulgación en España, y me hubiera encantado que lo implantaran.

A falta de esto, espero y deseo que haya cada vez más instituciones que realicen cursos, diplomas, etc. y que éstos sean lo más asequibles posible a la mayoría. Y también, y ya puestos a pedir pediría que se traduzcan más publicaciones especializadas extranjeras, tanto inglesas, francesas, etc. Creo que se traduce muy poco y casi siempre obras de temática general, y de unos pocos autores en particular, Hay pocas obras especializadas ( que no sean meras guias turísticas) por ejemplo en  yacimientos específicos como los de Guiza, Saqqara, etc o personajes histórico, etc, bueno... no sé si me explico... Y por supuesto, facilitar la publicación de los trabajos arqueológicos y logros de las misiones españolas en Egipto, así como dar difusión de los mismos con más programas culturales de televisión  ( por ejemplo), entendiendo por Cultura algo más que futbol o cine !!
Resumiendo, creo que en líneas generales estamos algo mejor que hace años, pero todo gracias al esfuerzo y empeño personal de los equipos españoles y unas cuantas instituciones (pocas), que les apoyan, pero creo que las instituciones públicas deberían implicarse más.

 

Muchas gracias por tu tiempo y tus aportaciones al mundo de la Egiptologia.

 

viernes, 7 de agosto de 2020

ARTE EN EL PERÍODO AMARNA

Ajenatón supuso una revolución. Fue un profundo cambio social y religioso que quedó patente en el arte.

Pero el cambio había empezado a notarse ya desde su antecesor Amenhotep III, que supuso una ruptura con el arte tutmésida.

La transformación comenzó en Tebas. Empezó como una variación de los bustos del rey, continuando con la representación de la figura humana en general, dejándose notar en las formas y poses de las mismas, más suaves y relajadas. Durante esta época ya se empiezan a utilizar representaciones de la naturaleza en las construcciones.

Se observa un importante desarrollo de la pintura, con representaciones menos rígidas, llenas de curvas, hechas a base de pinceladas más pequeñas para mostrar texturas, y se empieza a utilizar el sombreado para realzar el volumen.

Ya en la corte de Amenhotep IV, y tras establecer el culto a Atón, prohibiendo el resto de dioses, y la nueva capital en Amarna, se notó un profundo cambio en el arte religioso. Ya no se podían tallar esculturas ni relieves de imágenes religiosas, y en las pinturas y relieves existentes, el único dios que se podía representar era Atón, con sus rayos en forma de brazos terminados en pequeñas manos, para proteger a la familia real. 

Se trata de un arte reflexivo y naturalista, en el que se intenta representar la realidad tal y como es, incluso llegando a exagerar los rasgos físicos, fueran bellos o deformes. "El arte entra en la vida espiritual de los personajes" según Francisco Presedo.


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Por otro lado, Ajenatón ya se había establecido en Amarna, en el año 6 de su reinado, en un territorio que nunca antes había sido habitado. El terreno estaba delimitado por 14 estelas fronterizas con proclamaciones sobre la fundación de la ciudad o sobre aspectos que concernían a la familia real…

Cabe resaltar la evolución de la figura de Nefertiti a lo largo de las estelas. En las primeras es mucho más pequeña que el rey, y en las últimas ya es del mismo tamaño.

Respecto a la arquitectura, destacan los grandes espacios, tanto en casas y palacios, como en templos. En Ajetaton no existían problemas de espacio.

Los templos no debían ser lugares oscuros y cerrados, inaccesibles como los templos de Amón, reservados a los sacerdotes y al rey, sino estructuras abiertas, amplias y luminosas. Carecían de techos, para que fuesen accesibles al dios solar Atón. Todas las salas son abiertas, incluyendo el altar del dios.

Claro ejemplo es el Per-Atón o Gran Templo de Atón, en Amarna. Hay una observación curiosa, y es que la ciudad de Ajetaton parece haber sido construida como un gran templo solar, más que como ciudad. Si observamos (según Nicholas Reeves) las estelas fronterizas que la delimitan, y las unimos mediante líneas en el plano, tendremos la misma forma que el Per-Atón, pero a gran escala.

La decoración en templos y palacios va más allá de la grandiosidad y el tamaño, que habían caracterizado hasta ahora a la arquitectura egipcia.

Lo más característico es el uso de formas de la naturaleza, con adornos vegetales en las columnas, especialmente palmiformes. Había una rica variedad de columnas.

No era tan importante como en épocas anteriores la supervivencia de los edificios para la eternidad, por lo que se utilizaba madera y adobe en construcción, lo que no significa que abandonaran la piedra.

En el Palacio Real se encontraron preciosos azulejos vidriados, incrustados en las paredes y suelos pintados con escenas de pájaros y plantas, característica de este período. También han aparecido azulejos de fayenza en las casas más lujosas. 

Otro templo digno de destacar es el Gem-Pa-Atón, situado al este del muro externo de Karnak. Estaba construido de pequeños bloques de caliza, y rodeado de un patio descubierto. Actualmente está destruido, aunque sobreviven fragmentos, sobre todo de algunas de las 28 estatuas colosales de Ajenatón.

En general, todas las construcciones, ya fueran palacios, tumbas o templos, estaban decoradas con relieves o pinturas. Se representaba al faraón con su familia (esposa y 6 hijas), adorando a Atón. Se trataba de escenas tiernas y realistas que acercaban al faraón al pueblo.

En muchos casos se utilizaba el "relieve en hueco". Es muy común, además, la representación de árboles, animales, agua… Destacan los relieves de la tumba de Horemhab.

Tanto en los relieves como en las pinturas, se dan unas características que difieren del arte en períodos anteriores, como son:

  • Representación de la lateralidad: ambas manos y pies, diferenciando derecha e izquierda.
  • Representación completa de los personajes que están en primer plano, y sólo los contornos de los que están detrás, para dar sensación de perspectiva.
  • Sensación de movimiento en las figuras por representación de detalles aparentemente movidos por el viento.

Un tipo de relieve característico de la época de Amarna son los talatats, bloques de piedra de 54 x 20 x 20 cm, que servían para tallar retratos del rey y de la reina.

Respecto a las esculturas, lo que predomina es la escultura áulica, es decir, estatuaria real. Se anulan las esculturas que representan dioses, y se representa a la familia real, de forma cálida y natural, aunque con características muy diferentes a períodos anteriores.

En un primero momento, el escultor Bak, siguiendo las directrices del propio rey, representaba los rasgos muy exagerados, con rostros alargados, labios carnosos y ojos en diagonal. Los cuerpos redondeados, con anchas caderas y vientres abultados marcando mucho el ombligo. Estas características se aplicaban tanto a hombres como a mujeres.

Prueba de ello son los colosos de Ajenatón en Karnak, 28 estatuas en el templo de Atón, de los que solo quedan algunos restos.

En un segundo momento del período amárnico, se suavizan considerablemente estas características.

El principal representante de esta época es el escultor Thutmose, autor de varias cabezas de yeso, el busto de Meritatón y, especialmente, el busto de Nefertiti, entre otras.

Por último se observa un avance en las artes decorativas, destacando piezas de cerámica pintada, el vidrio coloreado, la joyería y el trabajo en madera.

Tras el reinado de Ajenatón, el arte, al igual que la política y la forma de vida, volvió a los cánones "ortodoxos" anteriores.

 

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Marta Pérez Torres (Akesha).

lunes, 3 de agosto de 2020

AMENHOTEP III


Amenhotep III, hijo de Tutmosis IV y la reina Mutenmuia. Con sólo 12 años, hacia el año 1.380 a.C. subió al trono del país más rico y poderoso del mundo en su tiempo, un país al que llegaban tributos y riquezas de todas partes. Su imperio abarcaba desde Mitanni, en el Norte, hasta la quinta catarata, en Nubia.


Estableció su capital en Tebas, al Sur, aunque Menfis, en el Norte, también jugó un papel muy importante durante su reinado.

En Tebas se daban numerosos contrastes, construyéndose, por un lado, magníficos templos y palacios,  y por otro lado, acogiendo a gente que llegaba en barcos de todo el mundo, creando barrios pobres y marginales. Era la capital del Imperio.

Amenhotep III se estableció en al Palacio de Malqata, a la orilla oeste del Nilo. Comenzó de nuevo el culto a Aton, dios solar. Desarrolló estas ideas a partir de Tutmosis IV, su padre, que había representado ya al disco solar provisto de brazos y manos, en la estela de Giza. Bajo el reinado de Amenhotep III, este culto experimentó un gran auge, aunque conviviendo con el culto a los otros dioses. Cabe destacar, un escarabajo de este rey, encontrado en Nubia, que  lleva la inscripción de “Aton, señor heliopolitano de los Dos Países…”

El reinado de Amenhotep II duró casi 40 años, y se caracterizó por el mantenimiento de la paz y la construcción de grandes monumentos. Se casó con Tiy, que fue siempre su Gran Esposa Real, y con la que tuvo muchos hijos: Amenhotep (futuro Akhenaton), Isis, Sat-Amón, Baketatón, Henut-Tau-Nebu, Mebet-Ah-Honitmer y Tía, aunque probablemente fuera también el padre de Tutmosis y Smenkhare, según algunas teorías.

También estuvo casado con su hija Sat-Amon y varias princesas de Mitanni. Estos últimos matrimonios tenían carácter político, y le servirían para mejorar y establecer relaciones diplomáticas con los países vecinos.

Amenhotep III no era un faraón guerrero con afán de expansionismo, sino que su política se basaba en el mantenimiento del Imperio, en establecer relaciones estables con enemigos potenciales, mediante tratados de amistad o los citados matrimonios. Mantuvo la paz gracias a las buenas relaciones diplomáticas que tenía con Mitanni, Babilonia y Asiria. El único punto peligroso eran los hititas. El hecho de que durante su reinado se produjeran grandes cambios en el gobierno y poder hitita, hizo que los países del Imperio buscaran la protección de Egipto. En un principio, no deseaban enfrentarse a Egipto y firmaron con ellos un Tratado para delimitar las fronteras. Pero los hititas continuaron aliándose con reyes vecinos y preparándose para la conquista.

En el tema religioso, durante siglos el poder de los sacerdotes de Amón, aumentaba a una velocidad vertiginosa. Intervenían en política y en la administración del estado, hasta tal punto, que eran ellos los que decidían sobre el reinado de un faraón.

En la época de Amenhotep III, esto se agudiza, surgiendo personajes muy importantes como Ptahmose, Amenemhat, Bakenhonsu y Meriptah, todos ellos sacerdotes de Amón.

Ptahmose es el último sumo sacerdote de la XVIII dinastía. Fue muy poderoso. Y recopiló muchas riquezas para el templo de Amón en forma de joyas y tierras. Desapareció antes de que comenzara el reinado de Amenhotep IV (Akhenaton), que rompería con el Clero de Amón y establecería el culto a Aton como dios único.

Otra faceta a destacar de Amenhotep II es su carácter constructor. Con la ayuda de su arquitecto y amigo íntimo Amenhotep, hijo de Apu, construyó el Palacio de Malqata, el Templo de Luxor, en Karnak la sala hipóstila, el tercer y décimo pilono, el escarabajo sobre el pedestal, el recinto de Montu y el recinto de Mut y en Medinet Abu, el Templo del que sólo quedan los llamados Colosos de Memnon. Muchas de estas obras de arquitectura fueron restauradas y ampliadas por monarcas posteriores.

Respecto al personaje de Amenhotep, hijo de Apu, no sólo fue el arquitecto, sino el hombre de confianza del rey, hasta tal punto que le ayudó en numerosas cuestiones de estado, hasta la muerte del rey.

Para darnos cuenta de la importancia de este personaje, sólo tenemos que leer las inscripciones de las estatuas encontradas en Karnak (actualmente en el Museo Egipcio del Cairo), de las cuales insertamos un pequeño fragmento:

“El escriba del Rey, su amado, Amenhotep, dice: Yo fui Grande colocado a la cabeza de los Grandes, cuyo espíritu abarca el conocimiento de las palabras divinas según el consejo del corazón, aquel que sigue los designios del Rey, aquel a quien el faraón ha distinguido colocando su Ka, el primero…”

También podemos observar la importancia que tuvo para Amenhotep III, porque el rey le concedió construirse un templo de culto para su Ka, y colocar siete estatuas suyas en el Templo de Karnak.

En definitiva, el reinado de Amenhotep III se caracterizó por una prosperidad económica y constructiva, y por marcar un largo período de paz. Pero, por otro lado, su relativo descuido en política exterior, y el hecho de que los sacerdotes de Amón eran cada vez más poderosos, serían el terreno de cultivo perfecto para la revolución que llevaría a cabo, años más tarde, su heredero, Amenhotep IV, Akhenaton.

Marta Pérez Torres (Akesha)