miércoles, 19 de agosto de 2015

TUMBA 100 DE HIERAKÓMPOLIS




Pintura procedente de una tumba, de dueño desconocido, en Hierakómpolis, al sur de Luxor; datada en el 3300 a.C. (Período Naqada IIc), descubierta en el S.XIX. Se la denominó con el nº 100.
La pintura está poco lograda y con motivos similares a los realizados en vasijas anteriores, efectuados sobre línea roja y sobre color amarillo. Es una pintura de carácter plano donde se comienzan a apreciar varias de las características que serán propias en el arte egipcio como son la frontalidad y la bidimensionalidad (falta de perspectiva y profundidad).
La interpretación de la misma da pié a varias teorías: batalla naval, desfile funerario, escena de caza, etc. incluso se ha llegado a ver, sobre la nave principal, a dos plañideras.
Proponemos una visión más integrada, interpretamos que la escena simplemente representa una expedición por el río con todas sus peripecias, como podrían darse en una aventura semejante:
Se trataría de una expedición naval (supuestamente ¿aguas arriba? por el Nilo) en embarcaciones: una oscura y de popa alta de tamaño más pequeño, con cabina, que podría ser la del comandante de la expedición. El resto de los navíos son de color claro, todos poseen cabinas cuadradas y espacios y soportes para transportar aparamenta. Significativamente una de las embarcaciones apunta su proa hacia la izquierda mientras que el resto lo hace al lado contrario (llamaremos a este barco “nave A”).
La imagen podría representar las variadas vicisitudes de la expedición una vez llegados a la zona deseada de desembarco: las naves, vacías de personal (excepto la “A”) con todos sus integrantes dedicados a labores diversas. Podría decirse que una vez desembarcados unos se dedican al ojeo de animales, otros a colocar los cepos donde serán capturados, otros al pastoreo conduciendo al rebaño a su lugar de captura, mientras que otros se enfrentarían a los posibles indígenas de la zona, que razonablemente los tomarían como enemigos.
En resumen mientras unos tripulantes cazan y capturan las diversas presas (herbívoros, fieras, aves, etc.) otros defenderían el establecimiento (campamento, las naves), otros cargarían los barcos, que como el “A” lleno ya de mercancías inicia el camino de vuelta, bajo los auspicios del comandante (personaje bajo el Ojo de Horus).
Esta embarcación posee varios detalles interesantes:

1.- Es la única que tiene timonel, además en actitud de acción( ni mucho menos su postura es estática).
2.- Las estructuras de la nave están llenas de cosas apiladas (supuestamente mercancías).
3.- Es la única con la proa a la izquierda, supuestamente la dirección de la llegada lo que indicaría retorno al hogar (punto de partida).


Dado el bajo detalle y la poca “capacidad expresiva” de esta pintura podría interpretarse que los personajes  no estuvieran en la nave “A” sino que el jefe y los dos “sobre” el barco estuviesen en tierra conduciendo a la manada de cérvidos hacia algún lugar de captura, cosa que no sería de extrañar en el ámbito de una expedición de caza, motivo que se repite otras veces en esta pintura. Véase la escena superior derecha donde varios hombres pastorean herbívoros (caballos) con ayuda de perros y, con lo que podrían ser, fieras amaestradas. Obsérvese los perros, que inciden sobre los cérvidos, y el animal (fiera amaestrada) que azuzada por el personaje de la esquina derecha va contra los caballos como un perro pastor.
Más abajo un personaje parece ayudar al pastoreo (también podría tratarse de un cazador de aves con un boomerang en la mano).

Arriba a la izquierda, hay otra escena de caza, da la impresión de que el personaje está ahuyentando a las bestias hacia los cepos inmediatamente debajo, o bien solo está en actitud defensiva ante su ataque.
Como puede verse un poco más abajo y a la derecha (bajo los dos primeros barcos) hay representado un cepo o trampa con cuatro animales tipo gacela, o similar, atrapados o sujetas las patas en él. A su derecha abajo continúa la escena de caza, una pareja parece golpear a un tipo de animal que pasa entre ellos (algunos lo consideran una escena de lucha entre los dos), incluso podría pensarse que el personaje agachado de la izquierda está desollando al animal. A su derecha un personaje blanco junto a uno negro, caído en el suelo, lo mismo parece atacarle que prestarle ayuda (guerra en el primer caso, accidente de caza el 2º). Más a la derecha tres figuras sentadas parecen tocar instrumentos ¿músicos? ¿ojeadores espantando animales?.
Un dato más, da la impresión (por la baja definición del dibujo en ciertos aspectos) que la posible expedición sería aguas arriba de la ciudad de partida de la misma. Sobre la caseta de proa de casi todas las embarcaciones se aprecia lo que parece un pequeño mástil con vergas. No se ven velas pues se suponen que están fondeados. En el barco “A” no se aprecia mástil alguno, (acaso no sería importante el destacarlo dado que la vuelta  casa es lo principal a reflejar, además de ser a favor de la corriente?).
En la zona inferior izquierda parece darse la más clara escena de lucha, al tiempo que se denota lo que será un importante símbolo de poder y dominación de los futuros faraones sobre el enemigo: Un personaje parece amenazar con una maza a tres personajes mas pequeños (menos importante = enemigos) a sus pies (o casi) en presencia de dos personas más, armadas también con mazas, que parecen estar algo más expectantes que amenazadores.
También es singular la imagen a la derecha de este grupo del “domador de animales”: un hombre entre lo que parecen ser dos leones rampantes. Esta imagen, característica, se repetirá abundantemente con posterioridad en la región mesopotámica, y que, o bien, denota familiaridad, domesticación, dominio sobre las bestias… o simplemente que el personaje sostiene como puede el ataque de las fieras.

En conjunto, interpretamos esta imagen como un relato cotidiano, de lo que puede ser una expedición usual, narrada de manera sencilla pero muy indicativa, dados los medios expresivos de la incipiente pintura egipcia. Nos cabe a nosotros interpretar lo que el anónimo artista quiso expresar, pero dado lo práctico del espíritu egipcio y dada también la preocupación de trasladar a sus monumentos funerarios las escenas de la vida diaria, es por lo que pensamos que simplemente representa eso: una expedición de caza , narrada con todos sus detalles.


Sebet.




No hay comentarios:

Publicar un comentario