Pintura procedente de una tumba,
de dueño desconocido, en Hierakómpolis, al sur de Luxor; datada en el 3300 a.C.
(Período Naqada IIc), descubierta en el S.XIX. Se la denominó con el nº 100.
La pintura está poco lograda y
con motivos similares a los realizados en vasijas anteriores, efectuados sobre
línea roja y sobre color amarillo. Es una pintura de carácter plano donde se
comienzan a apreciar varias de las características que serán propias en el arte
egipcio como son la frontalidad y la bidimensionalidad (falta de perspectiva y
profundidad).
La interpretación de la misma da
pié a varias teorías: batalla naval, desfile funerario, escena de caza, etc.
incluso se ha llegado a ver, sobre la nave principal, a dos plañideras.
Proponemos una visión más
integrada, interpretamos que la escena simplemente representa una expedición
por el río con todas sus peripecias, como podrían darse en una aventura
semejante:
Se trataría de una expedición
naval (supuestamente ¿aguas arriba? por el Nilo) en embarcaciones: una oscura y
de popa alta de tamaño más pequeño, con cabina, que podría ser la del
comandante de la expedición. El resto de los navíos son de color claro, todos
poseen cabinas cuadradas y espacios y soportes para transportar aparamenta.
Significativamente una de las embarcaciones apunta su proa hacia la izquierda
mientras que el resto lo hace al lado contrario (llamaremos a este barco “nave
A”).
La imagen podría representar las
variadas vicisitudes de la expedición una vez llegados a la zona deseada de
desembarco: las naves, vacías de personal (excepto la “A”) con todos sus
integrantes dedicados a labores diversas. Podría decirse que una vez
desembarcados unos se dedican al ojeo de animales, otros a colocar los cepos
donde serán capturados, otros al pastoreo conduciendo al rebaño a su lugar de
captura, mientras que otros se enfrentarían a los posibles indígenas de la
zona, que razonablemente los tomarían como enemigos.
En resumen mientras unos
tripulantes cazan y capturan las diversas presas (herbívoros, fieras, aves, etc.)
otros defenderían el establecimiento (campamento, las naves), otros cargarían
los barcos, que como el “A” lleno ya de mercancías inicia el camino de vuelta,
bajo los auspicios del comandante (personaje bajo el Ojo de Horus).
Esta embarcación posee varios
detalles interesantes:
1.- Es la única que tiene
timonel, además en actitud de acción( ni mucho menos su postura es estática).
2.- Las estructuras de la nave
están llenas de cosas apiladas (supuestamente mercancías).
3.- Es la única con la proa a la
izquierda, supuestamente la dirección de la llegada lo que indicaría retorno al
hogar (punto de partida).
Dado el bajo
detalle y la poca “capacidad expresiva” de esta pintura podría interpretarse
que los personajes no estuvieran en la
nave “A” sino que el jefe y los dos “sobre” el barco estuviesen en tierra
conduciendo a la manada de cérvidos hacia algún lugar de captura, cosa que no
sería de extrañar en el ámbito de una expedición de caza, motivo que se repite
otras veces en esta pintura. Véase la escena superior derecha donde varios
hombres pastorean herbívoros (caballos) con ayuda de perros y, con lo que
podrían ser, fieras amaestradas. Obsérvese los perros, que inciden sobre los
cérvidos, y el animal (fiera amaestrada) que azuzada por el personaje de la
esquina derecha va contra los caballos como un perro pastor.
Más abajo un personaje parece
ayudar al pastoreo (también podría tratarse de un cazador de aves con un
boomerang en la mano).
Arriba a la izquierda, hay otra
escena de caza, da la impresión de que el personaje está ahuyentando a las
bestias hacia los cepos inmediatamente debajo, o bien solo está en actitud
defensiva ante su ataque.
Como puede verse un poco más
abajo y a la derecha (bajo los dos primeros barcos) hay representado un cepo o
trampa con cuatro animales tipo gacela, o similar, atrapados o sujetas las
patas en él. A su derecha abajo continúa la escena de caza, una pareja parece
golpear a un tipo de animal que pasa entre ellos (algunos lo consideran una
escena de lucha entre los dos), incluso podría pensarse que el personaje
agachado de la izquierda está desollando al animal. A su derecha un personaje
blanco junto a uno negro, caído en el suelo, lo mismo parece atacarle que
prestarle ayuda (guerra en el primer caso, accidente de caza el 2º). Más a la
derecha tres figuras sentadas parecen tocar instrumentos ¿músicos? ¿ojeadores
espantando animales?.
Un dato más, da la impresión (por
la baja definición del dibujo en ciertos aspectos) que la posible expedición
sería aguas arriba de la ciudad de partida de la misma. Sobre la caseta de proa
de casi todas las embarcaciones se aprecia lo que parece un pequeño mástil con
vergas. No se ven velas pues se suponen que están fondeados. En el barco “A” no
se aprecia mástil alguno, (acaso no sería importante el destacarlo dado que la
vuelta casa es lo principal a reflejar,
además de ser a favor de la corriente?).
En la zona inferior izquierda
parece darse la más clara escena de lucha, al tiempo que se denota lo que será
un importante símbolo de poder y dominación de los futuros faraones sobre el
enemigo: Un personaje parece amenazar con una maza a tres personajes mas
pequeños (menos importante = enemigos) a sus pies (o casi) en presencia de dos
personas más, armadas también con mazas, que parecen estar algo más expectantes
que amenazadores.
También es singular la imagen a
la derecha de este grupo del “domador de animales”: un hombre entre lo que
parecen ser dos leones rampantes. Esta imagen, característica, se repetirá
abundantemente con posterioridad en la región mesopotámica, y que, o bien,
denota familiaridad, domesticación, dominio sobre las bestias… o simplemente
que el personaje sostiene como puede el ataque de las fieras.
En conjunto,
interpretamos esta imagen como un relato cotidiano, de lo que puede ser una
expedición usual, narrada de manera sencilla pero muy indicativa, dados los
medios expresivos de la incipiente pintura egipcia. Nos cabe a nosotros
interpretar lo que el anónimo artista quiso expresar, pero dado lo práctico del
espíritu egipcio y dada también la preocupación de trasladar a sus monumentos
funerarios las escenas de la vida diaria, es por lo que pensamos que simplemente
representa eso: una expedición de caza , narrada con todos sus detalles.
Sebet.
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