En el Imperio Antiguo, los habitantes de Europa aún estaban en el Neolítico tardío, mientras que en Egipto, Mesopotamia y Siria los pueblos desarrollaban un tipo de civilización mucho más avanzada.
El pilar principal sobre el que descansaba la sociedad en el Antiguo Egipto era el faraón, supuesto descendiente directo de los dioses, el cual debía gobernar según la ley de Maat (la justicia o la verdad). Tenía numerosas esposas, algunas principales, varias secundarias y concubinas. Muchas de ellas se cree que fueron regentes o gobernaron en este período antiguo, como Merneit (Esposa de Uadyi, de la 1ª dinastía. Su nombre se ha encontrado recientemente en Abido en un sello de arcilla que da la lista de nombres ordenados de los primeros reyes de Egipto), Hetepheres (Esposa de Esnofru y madre de Keops, de la 3ª dinastía), Jentkaus (Madre o esposa de Userkaf, de la 5ª dinastía), o Nicrotis (Soberana de la 6ª dinastía).
Los hijos de las esposas principales eran los que normalmente estaban en la línea sucesoria, mientras que los de las esposas secundarias y concubinas ocupaban cargos de sumos sacerdotes, visires, o altos cargos administrativos.
El visir, ya desde el Imperio Antiguo, era quien presidía la administración del estado. Se trataba del hombre de confianza del rey. Solía pertenecer a la familia real. Su misión era dirigir el gobierno, la administración y la justicia. Debía presentar al rey un informe diario sobre las gestiones e intereses faraónicos en todo Egipto Durante este período, destacaron Imutes (visir de Dyoser, 3ª dinastía), Kaguemni (visir de Snofru, 4ª dinastía), Ptahhotep (visir de Dyedkare-Izezi, 5ª dinastía) y Mekerura (visir de Otoes, 6ª dinastía).
El resto de cargos administrativos del estado, se repartían de la siguiente forma:
- Canciller, al servicio del visir, cuya misión era controlar los servicios administrativos.
- Superintendentes del tesoro, que controlaban la hacienda.
- Negociado de impuestos, Registros y Catastro, que se ocupaba de controlar los bienes y propiedades de los habitantes.
- Superintendente del Patrimonio de la Corona, que se ocupaba de los bienes reales.
- Administradores de obras públicas, cuya misión era organizar y controlar el trabajo en las canteras y en las construcciones reales.
- Administradores del culto real.
- Intendentes militares, encargados de los suministros al ejército.
En el caso del gobierno de las provincias, el país se dividía en nomos (sepat o Hesp), de carácter meramente administrativo. Cada nomo tenía una capital "niwt". Había un total de 22 nomos en el Alto Egipto, y 20 en el Bajo Egipto. Cada uno tenía un culto propio, y unas fronteras definidas. Los nomarcas, o jefes de los nomos, eran funcionarios bajo el mando del faraón. Sus funciones eran recoger las tasas en sus territorios, distribuir las tierras, ordenar el almacenamiento de grano para épocas de malas cosechas, y administrar el uso del agua. Frecuentemente, incluso se producían pequeñas luchas entre ellos.
La justicia era impartida por el faraón en todo el territorio. Las leyes eran las mismas en todo el país, y no ha quedado constancia de castigos corporales o pena de muerte ante un delito.
El ejército se encargaba de la defensa del país de los invasores externos, y de participar en campañas exteriores. En tiempos de paz, también actuaban como agentes del orden, en las canteras o en la construcción de monumentos.
Del clero en el Imperio Antiguo, hay pocos datos, aunque se sabe que estaba bajo el mando del faraón, que también administraba los bienes en los templos. Aún no tenían tanto protagonismo como tendrían en etapas posteriores.
Durante el Imperio Medio no hubo cambios sustanciales en la administración y la organización del estado. El único cambio notable fue el protagonismo que comenzó a tener el clero de Amon en política, hecho que se acentuaría aún más durante el Imperio Nuevo.
En éste, el faraón seguía siendo la cabeza visible del país, apoyado en dos visires, uno en el Alto Egipto, y otro en el Bajo Egipto. Cada uno de ellos tenía sus ministros, y, a su vez, un gran número de funcionarios administrativos que constituían una clase social privilegiada.
La administración de justicia estaba repartida en cada nomo, aunque había un tribunal en el Alto y en el Bajo Egipto, al que se podía apelar cualquier decisión. En esta época se comenzaron a aplicar los castigos corporales por algunos delitos.
El ejército estaba bajo las órdenes de los visires. Se trataba de mercenarios egipcios o extranjeros, que recibían tierras a cambio de sus servicios.
El clero de Amón alcanzó su máximo nivel en política. Sólo durante el período de Amarna, en el reinado de Akhenaton, fue relegado a un segundo plano e incluso retiradas las donaciones que obtenían del estado. Amón desaparece del culto, por lo que los sacerdotes se ven amenazados, viendo peligrar su posición y sus riquezas. Todos los templos tuvieron que pagar un tributo al templo de Atón. Con ello desapareció su influencia en todos los aspectos del país, hasta que Tutankhamon reestableció el culto, abrió los templos y les restituyó sus antiguos privilegios.
La estructura de la administración no varió sustancialmente durante gran parte de la historia del Antiguo Egipto, aunque sí se ve una clara evolución a lo largo de los distintos reinados.
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