Con la dinastía XVIII empieza el Imperio Nuevo, la época más importante y gloriosa de la historia de Egipto. Su comienzo está marcado por la expulsión de los hicsos y la reunificación del país. Es el apogeo de la política exterior e interior. Se realizan numerosas obras arquitectónicas y artísticas.
En pintura se continúa con las mismas normas básicas de los períodos anteriores. La pintura y el relieve decoran los muros de los templos y tumbas, narrando la vida del país.
Los temas en las tumbas pasan a ser escenas de ofrendas exclusivamente, a representar también escenas de fiestas, expediciones, escenas relacionadas con los dioses, escenas de la vida cotidiana o facetas de la vida personal del difunto.
Empiezan con representaciones planas y rígidas, aunque a partir de Hatshepsut comienzan a estilizarse, y a aparecer más variedad en los grupos.
En Este periodo, aumenta la paleta de colores utilizada. Aparecen mas fundidos entre sí, por la cantidad de pequeñas pinceladas que representan texturas, llegando a aparecer al final de la dinastía como un punteado.
Se utilizan sombreados o intensificación de colores en algunas zonas de la pintura para dar sensación de relieve y profundidad. En otras zonas se usa el tono sobre todo y los efectos de transparencias.
Las representaciones están cargadas de fuerza. Personas y animales dan sensación de estar vivos y moverse.
A medida que avanza el período, van cambiando los estilos y las formas hasta otro mas elaborado aún. La pintura se vuelve más impresionista, incluyendo más líneas curvas y dando mayor sensación de movimiento.
Destacamos las siguientes representaciones:
- Tumba de Nebamon: el banquete, la caza.
- Tumba de Sennefer: la viña.
- Tumba de Rejmira: el banquete, los tributos.
- Tumba de Userhat: los barberos.
- Tumba de Nankt: la bella fiesta del valle, la vida en los campos, el pisado de la uva.
- Tumba de Menna: escenas agrícolas.
Un ejemplo a destacar por su singularidad es un mural de la Tumba de Rejmira (nº 100), en el que se representa a una sirvienta de espaldas.
Además de estar pintada de espaldas, sus pies están representados de forma extraña, ya que el pie que quedaría por detrás, cruza por delante del que quedaría más cerca al observador según la posición de las piernas. Es una excepción interesante a los cánones del arte egipcio.
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